La Presencia De Dios En La Biblia: Qué es, Cómo Tenerla y Permanecer En Ella

La presencia de Dios en la Biblia para nuestra vida, es presentada como un privilegio inimaginable e invaluable.

Tenerla, nos permite permanecer en armonía con el cielo y disfrutar de la dirección de Dios en todo cuando hagamos.


Qué es la presencia de Dios según la Biblia

La presencia de Dios según la Biblia es la manifestación de su ser, poder y amor en el mundo y en la vida de las personas. La Biblia enseña que Dios es omnipresente, lo que significa que está presente en todas partes al mismo tiempo. Además, la presencia de Dios se experimenta de maneras específicas, dependiendo del contexto.

En el Antiguo Testamento, la presencia de Dios se experimentó de diferentes maneras, como en la columna de nube y fuego que guió a los israelitas en el desierto, en la voz de Dios que habló a través de los profetas, en la presencia en el Templo de Jerusalén y en el Arca de la Alianza.

En el Nuevo Testamento, la presencia de Dios se experimenta a través de Jesucristo, quien es considerado la imagen de Dios y el Hijo de Dios. También se experimenta a través del Espíritu Santo, que es enviado a los creyentes después de la muerte y resurrección de Jesucristo.

La presencia de Dios también se experimenta a través de la oración, la adoración, la lectura de las Escrituras y la vida en comunidad. La Biblia nos enseña que cuando buscamos a Dios de todo corazón, lo encontramos y experimentamos su presencia en nuestras vidas.

Cómo tener la presencia de Dios

Tener la presencia de Dios es una experiencia profunda y personal que se puede lograr mediante diferentes prácticas espirituales y de fe. A continuación, se presentan algunas formas en las que puedes buscar y experimentar la presencia de Dios en tu vida:

Busca a Dios de todo corazón: La Biblia nos enseña que si buscamos a Dios de todo corazón, lo encontraremos. Para tener la presencia de Dios en tu vida, es necesario hacer de la búsqueda de Dios una prioridad y dedicar tiempo a orar, leer la Biblia y buscar la dirección divina.

Mantén una actitud de humildad y gratitud: La humildad y la gratitud son actitudes clave para experimentar la presencia de Dios. Al reconocer nuestra necesidad de Dios y agradecer por su amor y cuidado, podemos abrirnos a su presencia en nuestra vida.

Vive una vida de obediencia: La obediencia a la voluntad de Dios es esencial para experimentar su presencia. Al vivir una vida de acuerdo a los principios bíblicos y hacer lo que Dios nos pide, podemos abrirnos a su dirección y presencia en nuestra vida.

Participa en la comunidad de creyentes: La comunidad de creyentes es una forma valiosa de experimentar la presencia de Dios. Al reunirnos con otros creyentes y compartir nuestras experiencias de fe, podemos animarnos mutuamente y experimentar la presencia de Dios de manera más profunda.

Practica la presencia de Dios: Practicar la presencia de Dios es una forma de estar conscientes de su presencia en nuestra vida diaria. Al mantener nuestros pensamientos en Dios y buscar su presencia en cada momento, podemos experimentar su amor y dirección en cada aspecto de nuestra vida.

Tener la presencia de Dios en tu vida es un proceso que requiere de prácticas espirituales y una actitud de humildad y gratitud. Al buscar a Dios de todo corazón, vivir una vida de obediencia y practicar su presencia en nuestra vida diaria, podemos experimentar más plenamente su amor, paz y dirección en nuestro camino.

Cómo permanecer en la presencia de Dios

Permanecer en la presencia de Dios es un deseo común para muchos creyentes que desean experimentar su amor, paz y dirección en sus vidas. A continuación, se presentan algunas prácticas que pueden ayudar a permanecer en la presencia de Dios:

  • Oración: La oración es una forma efectiva de comunicarse con Dios y mantener una conexión con Él. Al hablar con Dios en oración, podemos expresar nuestras necesidades, preocupaciones y agradecimientos, y abrir nuestro corazón para escuchar su voz.
  • Lectura de la Biblia: La Biblia es la Palabra de Dios, y leerla regularmente nos ayuda a conocer más acerca de su carácter, sus promesas y su voluntad para nuestra vida. Al meditar en las Escrituras, podemos permitir que su verdad penetre en nuestro corazón y nos guíe en nuestro camino.
  • Adoración: La adoración es una forma de honrar y alabar a Dios por su grandeza y amor. Al cantar himnos y canciones de adoración, podemos centrar nuestra atención en Dios y su presencia.
  • Vida en comunidad: La vida en comunidad es una forma de estar rodeados de otros creyentes que también buscan la presencia de Dios. Al reunirnos con otros creyentes, podemos animarnos mutuamente, aprender de los demás y recibir la enseñanza y el apoyo necesario para crecer en nuestra fe.
  • Practicar la presencia de Dios: Practicar la presencia de Dios es una forma de mantener una conciencia constante de la presencia de Dios en nuestra vida diaria. Al mantener nuestros pensamientos en Dios, podemos ser más conscientes de su amor y su dirección en cada momento del día.

Permanecer en la presencia de Dios requiere de prácticas espirituales regulares que nos ayuden a mantener una conexión con Él. Al hacer de estas prácticas una parte regular de nuestra vida, podemos experimentar más plenamente su amor, paz y dirección en nuestro camino.


Estudio biblico sobre la presencia de Dios

El día de hoy, quisiera compartir una corta reflexión acerca de cómo tener la presencia de Dios en nuestra vida.

Para hacerlo, voy a partir de una historia que encontramos en la biblia.

El libro del profeta Samuel relata que en cierto momento, cuando la decadencia moral de los líderes del pueblo de Israel y del pueblo mismo era deplorable, el pueblo entró en guerra con los filisteos.

En ese entonces, los hijos de Elí lideraban el sacerdocio siendo hombres blasfemos y profanos, sin amor por Dios, ni temor hacia Él.

Elí ya era un hombre muy viejo, el cual no había educado correctamente a sus hijos ni les había restringido en cometer los pecados que cometían.

Por razón de estas cosas, Dios se había apartado de Israel y de sus líderes.

En ese contexto, en determinado momento de la guerra, los israelitas pierden una importante batalla contra los Filisteos.

Veamos lo que dice la biblia que pasó luego:

Cuando el ejército regresó al campamento, los ancianos de Israel dijeron:

«¿Por qué nos ha derrotado hoy el Señor por medio de los filisteos?

Traigamos el arca del pacto del Señor, que está en Siló, para que nos acompañe y nos salve del poder de nuestros enemigos».

Así que enviaron un destacamento a Siló para sacar de allá el arca del pacto del Señor Todopoderoso, que reina entre los querubines.

Los dos hijos de Elí, Ofni y Finés, estaban a cargo del arca del pacto de Dios.

Entonces los filisteos se lanzaron al ataque y derrotaron a los israelitas, los cuales huyeron en desbandada.

La matanza fue terrible, pues de los israelitas cayeron treinta mil soldados de infantería.

Además, fue capturada el arca de Dios, y murieron Ofni y Finés, los dos hijos de Elí.

1 Samuel 4: 3 – 4; 10-11

De la historia anterior, quisiera realizar una serie de observaciones que nos permitirán reflexionar acerca de como tener la presencia de Dios en nuestra vida.

La presencia de Dios permanece con quienes le honran

Del relato anterior, observamos que Israel quería los beneficios de la presencia de Dios, sin embargo, no quería a Dios mismo, pues no lo honraba.

Este es una actitud común que también observamos hoy día. Personas de todo tipo, queremos que Dios nos ayude y bendiga, sin reconocerle como el señor de nuestra vida.

Tenemos una imagen distorsionada de Dios, como de alguien en quien solo pensamos cuando necesitamos abrir alguna puerta en nuestra vida.

No pensamos en Él como el padre sabio y amoroso que desea ayudarnos a orientar nuestro camino.

No queremos escuchar lo que Dios tiene para decir, tampoco queremos seguir sus mandamientos, solo queremos las bendiciones de Él.

Esto simplemente no puede ser así.

La primera observación que quiero hacer, es que la presencia de Dios reside en aquellos que le honran y le obedecen, y departe de en medio de aquellos que se apartan de la obediencia a Él.

La presencia de Dios permanece donde es valorada

Al leer con atención la historia anterior, podemos ver como los líderes del pueblo de Israel, y el pueblo mismo, tenía por poco la presencia de Dios.

Ellos pensaban que la presencia de Dios era algo así como un amuleto que podían usar a su conveniencia.

Tal fue su nivel de menosprecio por la presencia de Dios, que se atrevieron a sacar el arca del pacto del tabernáculo mismo, lo cual no les era lícito.

La llevaron como si fuera un amuleto de guerra, pensando que por el solo hecho de que el arca estuviera con ellos, Dios les daría la victoria.

Tal acción supersticiosa y presuntuosa, muestra claramente el poco valor que le daban a la santa presencia de Dios.

La idea de que algo material es tan sagrado, que Dios no nos dejará fracasar por amor a ello, es una idea supersticiosa.

Los israelitas no solo perdieron la batalla sino que también perdieron el arca misma.

Este tipo de ideas deben ser remplazadas por amor, diligencia y temor del Señor.

La segunda observación que quiero hacer, es que presencia de Dios permanece y reposa sobre aquellos que comprenden su infinito valor.

En aquello que le dan a Dios en amor la honra y el respeto que Él merece.

La presencia de Dios se mantiene cuando nos arrepentimos

De todos los pecados que había cometido el pueblo y sus líderes, no hubo uno tan grande que retirara el favor y la protección de la presencia de Dios de en medio de ellos, como lo fue el no arrepentirse.

Si el pueblo y sus líderes hubieran reconocido su pecado.

Si hubieran quitado la vista de sí mismos pensando que merecían la victoria y que Dios tenía que dárselas por tener el arca.

Si en lugar de poner su confianza en el arca, la hubieran puesto en Dios con un corazón arrepentido, Dios en su infinito amor los hubiera perdonado y los hubiera favorecido.

Sin embargo, debido a su incapacidad de ver errores en sí mismos y de arrepentirse, tuvieron que perecer.

La tercera observación que quiero hacer, es que la presencia de Dios reside con los humildes y pobres de espíritu.

Como seres humanos podemos errar, Dios no nos abandona solo porque nos equivocamos.

Sin embargo, cuando pecamos debemos buscar a Jesús y en sus méritos, con arrepentimiento, aceptar el perdón de Dios, y Él seguirá caminando con nosotros.

Conclusión

Quisiera concluir diciendo que la presencia de Dios siempre debería ser considerada como la mayor bendición, y la perdida de su presencia y de su poder restrictivo sobre el mal, debería ser temida como la calamidad más horrible.

Dios es soberano y su amor y misericordia son infinitos, sin embargo, esperar el bien de Dios cuando estamos en abierta rebeldía y sin arrepentimiento, es una acción presuntuosa.

Después del episodio de la captura del arca, vemos en la biblia como Elí fallece al recibir la noticia, al igual que la esposa de uno de sus hijos.

Ellos no fallecen como respuesta al dolor por causa de la muerte de sus seres queridos, fallecen por el horror de que la presencia de Dios, manifiesta en el arca, ya no estaría en medio del pueblo.

Esto nos enseña que la presencia de Dios es más preciosa que la vida misma o que la de nuestros seres queridos.

Por eso debemos amarla, valorarla, honrarla y protegerla para que la luz de Dios siempre brille en nuestro camino.

Espero que estas palabras sean de bendición para tu vida.


¿Y tú qué piensas? ¿Te gustaría tener la presencia de Dios en tu vida?  Compártelo en los comentarios.


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Un abrazo, Dios te bendiga.

 

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