Cómo salir del desánimo espiritual según la Biblia

Cómo salir del desánimo espiritual según la Biblia

Con frecuencia los cristianos pasamos por etapas en nuestro caminar con Dios en los cuales nos sentimos desanimados.

Bien sea que las cosas no van bien a nuestro alrededor y que Dios no parece ayudarnos, o que al observar nuestra vida espiritual solo veamos debilidades, flaquezas y fracasos.

Estos momentos nos cargan de tensión e incluso pudiéramos pensar, darnos por vencidos y no continuar.

Dejar de orar, dejar de ir a la iglesia, dejar de estudiar la biblia, dejar de intentar ser como Jesús.

Creo que puedo entender la situación que atraviesas, yo mismo la he vivido.

Por esto, quisiera compartirte una idea que es necesario considerar cuando atravesamos estos momentos.

Te invito a leer un momento un pequeño pasaje de la biblia:

“En todas mis oraciones por todos ustedes, siempre oro con alegría, porque han participado en el evangelio desde el primer día hasta ahora.

 

Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.”

 

Filipenses 1:4-6

La primera idea que quiero resaltar, es que es necesario comprender la forma en la que Dios te ve al atravesar esas circunstancias.

En el texto anterior, Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, está haciendo algo muy especial.

Él comienza su carta dirigida a la iglesia de Filipos hablándoles de lo feliz y satisfecho que se siente con ellos.

Este en sí, es un mensaje de ánimo para esos creyentes y para nosotros.

Si el apóstol Pablo se sentía feliz de la fe de esos creyentes, cuanto más Dios se siente feliz de tu fe por pequeña y débil que sea.

Si el apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, se interesaba por animar a esos creyentes, cuanto más Dios no se interesa por ayudarte a recobrar el ánimo y seguir adelante.

Para la segunda idea que quiero compartir, quisiera que nos enfoquemos en el último versículo:

“el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.”

Esto me recuerda la historia que alguna vez escuché de un predicador.

Durante un vuelo en un avión comercial, hubo bastante turbulencia y los pasajeros empezaron a ponerse nerviosos.

Una dama que iba sentada junto a un niño, se sorprendió de ver que el pequeño no estaba asustado como los demás pasajeros.

Así que le preguntó la razón de su calma, a lo que el niño le contestó; “el piloto es mi papá”.

Esta breve historia nos recuerda que el piloto de nuestro avión, el que tiene el control de nuestra vida terrenal y espiritual, es Dios.

Nos recuerda que cuando lleguemos a una circunstancia en la que sentimos que no podemos hacer nada por nosotros mismos, podemos confiar en que nuestro padre hará lo que nosotros no podemos.

Nos recuerda que nuestra respuesta al desánimo debe ser la confianza en que «aquel que comenzó la buena obra en nosotros la terminará».

Es fácil poner nuestros ojos en nosotros mismos, en nuestras debilidades y errores, en nuestras circunstancias personales, y considerar que mi vida cristiana depende solamente de mí.

Sin embargo, esto no es lo que la biblia enseña.

La biblia enseña que nacidos en Cristo, somos una obra en las manos de un Dios de amor.

Incluso este pasaje enseña que el que comenzó la obra en tu vida no fuiste tú, tampoco serás tú el responsable último de perfeccionarla.

Dios se ha reservado ese derecho y ese deber.

Ante el desánimo que atraviesas, quisiera recordarte que en lugar de poner tus ojos en ti, o ponerlos en tus circunstancias, necesitas confiar en el poder de Dios y en sus promesas.

Él es capaz de redimirte, aunque seas el peor de los pecadores, él es capaz de sustentarte aún en las más difíciles pruebas.

Necesitas abrir los ojos a esa realidad y ver con los ojos de la fe. Quien más se preocupa por tu vida espiritual, no eres tú, es Dios.

Quien más interviene para ayudarte a ser mejor, no eres tú, es Dios.

Por lo tanto, descansa tus cargas en Cristo y confía en que Él las llevara por ti.

Esto no quiere decir que nos volvamos sínicos y nos volvamos al pecado porque es responsabilidad de Dios reformarnos.

Lo que quiere decir es que en tus luchas espirituales, en los momentos en que sientes que no puedes más, en los momentos en los que quieres rendirte, puedes confiar en que Dios no te dejará fracasar si se lo pides.

Puedes confiar que Dios no dejara que tu avión se estrelle si lo dejas estar al control.

Espero que estas palabras hayan sido de bendición para tu vida.


¿Y tú qué piensas sobre cómo salir del desánimo espiritual según la Biblia? Comparte en los comentarios.


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Bendiciones y un abrazo.

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