Cómo saber si Dios me escucha según la biblia

Te has hecho alguna vez la pregunta, ¿cómo saber si Dios me escucha?.

Creo que todos nos hemos preguntado lo mismo.

Sobre todo cuando pasamos por momentos difíciles y Dios no parece darnos las respuestas que queremos.

Quisiera contarte un poco de mi experiencia y de lo que la biblia enseña para responder esa pregunta.

Hace algunos días me sentía un poco desanimada en mi vida espiritual, así como cuando lees la biblia y no entiendes, oras y sientes que no pasa nada.

Entonces leí de forma aleatoria los versículos que te comparto hoy, son conocidos, los hemos escuchado en sermones y reflexiones.

Sin embargo, me gustaría recordarlos contigo e invitarte a aplicarlos y ¿por qué no?, a memorizarlos.

Espero te ayuden a comprender si Dios te escucha, y que te inspiren a orar y acercarte con mayor confianza a nuestro amante Dios.


Dios prometió escucharnos y respondernos

En nuestro sufrimiento, cuando queremos saber si Dios nos escucha, debemos comprender que son nuestras emociones las que nos hacen dudar.

Dios no cambia con independencia de lo que sintamos.

Imaginémonos al profeta Jeremías estando preso en el patio de la cárcel, después de un largo ministerio y arduo trabajo, cansado, con malas noticias para el rey y su pueblo.

En medio de un sitio, y tratado como enemigo de la nación por haber dado el mensaje de Dios, en medio de aquellas terribles circunstancias.

En ese momento nadie podría dudar de que Dios había entregado a los israelitas en mano de los Babilonios, pero ahí viene palabra de Jehová a Jeremías, quien luego de identificarse le dice:

Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.

 

Jeremías 33:3

Porque, aunque Israel sería vencido, Dios lo restauraría, lo perdonaría y se regocijarían en Él.

Su Dios y Señor estaba dispuesto a mostrar maravillas a su pueblo.

Les daría otra oportunidad, enviaría al ungido, al hijo de Dios y ciertamente cumpliría sus palabras.

Me gusta esta promesa porque nos invita a clamar y muestra la disposición de Dios por responder y mostrarnos su majestad.

Dios te escucha porque Él mismo te ha pedido que clames a Él.

Dios siempre responde, aunque no siempre del modo que quieres, porque Él lo ha prometido.

El mundo hoy se encuentra como Jerusalén cada uno encerrado en su hogar, con el enemigo a las puertas, con dificultades económicas y sin saber que traerá el futuro.

Sin embargo, Dios nos está invitando a clamar y promete que nuestro clamor no quedará en el vacío.

Aquel que estuvo con su pueblo a través del desierto, de la prosperidad, el destierro y la restauración, no cambia, su amor es el mismo hoy y siempre.


Dios quiere que le pidamos y quiere darnos lo mejor

Aunque las circunstancias difíciles nos hagan dudar y pensar que Dios no nos escucha, esto no es cierto.

Él si lo hace.

Esta verdad Jesús nos la recuerda en el sermón del monte, allí después de hablar del reino de Dios, de las bienaventuranzas, de la oración, de la ansiedad, nos dice:

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

 

Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

 

Mateo 7:7-8

El padre está dispuesto a dar buenas dádivas, y nos invita a pedir, a llamar y buscar.

Si meditamos en lo profundo de esta promesa, podremos orar con más fervor, con confianza, de que el dador de todo lo bueno, está escuchándonos y ciertamente nos dará lo que necesitamos.

Aunque, no debemos dejar que nuestro corazón se llene de prepotencia o de duda, como toda promesa existe condiciones para que se cumplan.


Ora con fe de que Dios te escucha

Aunque es difícil, sobre todo si no sentimos que Dios nos escucha, Dios quiere que no perdamos la fe.

Cuando vamos a Marcos capítulo once, leemos que Jesús maldice una higuera estéril, y al siguiente día este árbol está muerto desde su raíz.

Los discípulos se sorprenden.

Recordemos que a estas alturas, ellos han visto a Jesús calmar la tempestad, alimentar a miles, sanar todo tipo de enfermedades, etc.

Y a pesar de esto, siguen asombrándose.

No sé si admirar su capacidad de sorprenderse o su incredulidad de no entender el poder de la palabra de Dios.

No somos nadie para juzgarlos, de igual forma actuamos nosotros.

Jesús les responde:

….Tened fe en Dios.

 

Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudaré en su corazón, si no creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.

 

Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá

 

Marcos 11: 22- 24

En estos últimos versículos se nos vuelve a instar a pedir, pero también a tener Fe, esa pequeña palabra de dos letras que nos resulta difícil de aplicar. 

Un sinónimo de Fe es confianza y como sabemos, entre más compartimos con alguien, más confianza vas teniendo.

Esa es la misma relación que se debe buscar en Dios, conocerle, amarle, perdonar como él nos perdona, pasando tiempo a sus pies y así nuestra fe, crecerá.

Siempre habrá nuevas montañas que alcanzar, tentaciones e incertidumbre, pero no debemos olvidar que nuestro amante Padre está dispuesto a darnos buenas dádivas.

Y ¿qué mayor dádiva que su hijo amado?


Dios te ama y escucha, pide en el nombre de Jesús

Entonces vemos como Juan, el discípulo amado, el que estuvo siempre en el círculo íntimo y vio a Jesús transfigurado, registra esas hermosas palabras de Jesús en el aposento alto.

Pues fue en aquel lugar, donde Jesús les habló de la importancia de permanecer en él.

Les dio la promesa del Espíritu Santo, de su paz, de que solo a través de Él podríamos llegar al padre y de cómo el dolor que los discípulos pronto experimentarían se convertiría en gozo y nadie les quitaría ese gozo, entonces les dice:

En aquel día no me preguntaréis nada.

 

De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.

 

Juan 16:23

Finalmente llegamos a una mayor promesa, la de pedir en el nombre de Jesús, y la seguridad de que el padre nos lo dará, porque nos ama.

Ya el padre nos dio a Jesús quién nos redimió, vivió y sufrió, conoce nuestras necesidades, pensamientos, desalientos, tristezas, pero vuelve y nos invita a pedir, clamar, buscar y hallar.

Espero que cada día nuestras oraciones sean elevadas con la bendita seguridad de que serán respondidas, porque él lo ha prometido y nos ama.


¿Te sigues preguntando si Dios te escucha? ¿Cuál es tu circunstancia? Comparte con todos nosotros para crecer juntos.


¿Estás batallando con algún problema o circunstancia difícil en tu vida, y sientes que necesitas ayuda?

Estamos aquí para ti. Te ofrecemos la posibilidad de hablar con alguien que te ayude a atravesar todas esas cosas difíciles, siempre de la mano de Dios.

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Bendiciones y un abrazo.

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