Cómo ser una persona generosa según la biblia

No siempre es fácil ser generoso, pero cuando tenemos la oportunidad de serlo y no lo hacemos, algo nos dice que debemos mejorar.

La pregunta es cómo.

¿Cómo ser una persona generosa?

La biblia habla mucho acerca de la generosidad, de hecho según leí, la palabra dar aparece dos mil veces en la biblia.

Pues bien, hoy quiero compartir contigo varias ideas clave para dejar de lado el egoísmo y convertirnos en personas generosas.

Pero primero, veamos que quiere decir ser generoso en la biblia.


Qué significa ser generoso en la biblia

Cuando la biblia habla de ser generoso, o de la generosidad, se refiere a compartir de una manera abundante nuestros bienes o nuestro tiempo con quienes lo necesitan sin esperar ninguna retribución.

Se refiere a un deseo noble y afectuoso de bendecir a otros dando de lo que tenemos sin escatimar.

Algunas ideas similares son las del desprendimiento, altruismo, dadivosidad o la magnanimidad.


Dios nos enseña a ser generosos

Al pensar en ser generosos, lo natural es que veamos primero el ejemplo de Dios, pues quien si no de Él podemos aprender como serlo.

Dios es generoso porque satisface plenamente toda necesidad de sus criaturas.

Esto incluye a las plantas, los animales y seres humanos por igual, incluso la biblia dice que Dios permite que el sol salga para justos y pecadores.

Dios creó este planeta y el universo con abundancia de recursos para que los disfrutáramos.

Con abundancia de belleza y con el fin de que viviéramos felices y en paz.

No conforme con eso, cuando caímos en pecado, Dios se dio generosamente a sí mismo por nosotros para que pudiéramos volver a tener vida eterna por medio de Jesús.

Hoy día nos da por su gracia la salvación, el cual es un regalo imposible de pagar para nosotros.

Además la biblia dice que toda dádiva buena y todo don perfecto procede de Él, tanto en lo material como en los dones del carácter y los dones espirituales.

Así que sin duda, al ser generosos estamos reflejando la imagen de Dios en nosotros pues Él no se ha reservado nada para darnos.


Consejos bíblicos para ser más generoso

En este aparte de la publicación, me gustaría compartir contigo un fragmento de la escritura el cual nos habla de dar a los demás.

Luego, me gustaría hacer algunas observaciones respecto de ese pasaje con el fin de aprender a ser generosos.

Perspectiva bíblica sobre ser generoso

Para introducir la temática, quisiera invitarte a que leas conmigo la siguiente cita bíblica:

“Pero ¿cómo puede habitar el amor de Dios en aquel que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano pasar necesidad, y le cierra su corazón?

 

Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.”
‭‭

1 Juan‬ ‭3:17-18‬

El apóstol Juan mediante estos versículos nos exhorta a compartir lo que tenemos con quienes lo necesitan.

Este texto nos presenta varias ideas claves con respecto a la generosidad las cuales elaboraré a continuación.

#1 Experimentar el Amor de Dios

Lo primero que debemos hacer para ser generosos es considerar si hay algo en nuestra experiencia de fe en el amor de Dios que necesita ser reforzado.

El primer consejo que podemos extraer de estos versículos se refiere al amor de Dios.

Cuando el apóstol Juan nos reclama diciendo: ¿cómo puede habitar el amor de Dios en aquel que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano pasar necesidad, y le cierra su corazón?

Nos está comunicando que la generosidad es una expresión del amor de Dios en nuestro corazón.

El amor es el eje central de la vida cuando caminamos con Dios.

Por ende, caminar con Dios y amarlo a Él, repercute directamente en nuestras relaciones interpersonales.

No podemos ser mezquinos y a la vez considerar que estamos viviendo en la plenitud del amor de Dios.

Nos estamos engañando a nosotros mismos.

La biblia dice que el amor de cristo nos motiva, es imposible experimentar el amor de Dios y su gracia en nuestra vida y no ser transformados por su generosidad.

#2 Cultivar la empatía

Si cultivamos la empatía, nos es más fácil ver las necesidades ajenas como propias y estar presto a suplirlas.

La verdadera generosidad, aquella que nace del corazón, tiene su génesis en el amor y la empatía.

Juan nos habla de ver un hermano nuestro pasar necesidad, y cerrarle nuestro corazón.

La expresión cerrar el corazón se refiere a no experimentar empatía, a no sentir su necesidad como propia.

A mirar para otro lado, a pretender que no nos interesa o afecta.

Tal comportamiento va en contra de toda enseñanza bíblica.

Si bien es cierto no siempre vamos a tener bienes de este mundo para compartir con quienes necesitan, en la medida de nuestras posibilidades deberíamos sentir las necesidades de otras y dar.

#3 Reconocer que Dios es el dueño de lo que tengo

Ser una persona generosa, implica estar dispuestos a redirigir parte de los recursos de Dios, los cuales Dios nos ha confiado para que los administremos, a quien los necesite más que yo.

Compartirlos con quien Dios quiera, o con la causa que Dios necesite.

La verdadera generosidad, en términos de recursos económicos, requiere antes que nada reconocer la propiedad de Dios sobre nuestros bienes.

Comprender que los bienes que poseo no son míos, sino que son del Señor.

Cuando abrimos nuestros ojos y nuestro corazón a esta realidad, la generosidad toma otra perspectiva.

Ya no se trata de compartir lo que es mío, con miedo a quedarme sin nada para mí.

Se trata de compartir la porción que Dios me entregó para bendecir a los demás, de tal modo que Él pueda confiarme más.

En general, para ser una persona realmente generosa, necesitamos comprender un concepto muy importante en la vida espiritual.

La mayordomía cristiana.

Este concepto refiere en parte, al hecho de administrar correctamente los bienes materiales que Dios puso en nuestras manos.

Esto no significa administrar esos bienes para multiplicarlos con el fin único de aumentar nuestro estándar de vida.

Implica realmente administrarlos con sabiduría, fidelidad, compasión y generosidad.

#4 Poner nuestra confianza en Dios, no en lo material

Para ser generosos, necesitamos dejar de vernos como los que proveemos para nosotros mismos, de pensar que nuestro futuro lo aseguran los bienes materiales, y ver a Dios como el que provee para nosotros.

Si no lo hacemos, al mirar nuestro corazón siempre nos encontraremos con que hemos puesto nuestra confianza en los bienes materiales, en lugar de ponerla en aquel quien los provee.

Lo que termina pasando es que cuando algún hermano necesita nuestra ayuda, en lugar de compartir cómo Dios quisiera que lo hagamos, pensamos únicamente en nuestra propia necesidad, comodidad, y aún en nuestras necesidades del futuro.

Nos embarga el miedo de que no vamos a tener mañana, como si Dios fuera a dejar de proveer para nosotros.

Esto hace que no podamos ver la necesidad presente de nuestro hermano, porque el mido provoca que solo veamos nuestros deseos y expectativas.

Esto es normal, en el corazón humano siempre reside cierto grado de egoísmo, luchamos con una mentalidad que piensa primeramente en lo terrenal y con frecuencia nos falta de fe.

Pero en Dios encontramos nuestra ayuda para estas pruebas.

#5 Dar sistemáticamente

Siempre van a haber personas que necesiten más que nosotros. Con independencia de cuál sea nuestro nivel de ingresos, todos deberíamos destinar una parte de ellos para compartir con los demás.

Con esto no quiero decir que debamos dejar de proveer para nuestras necesidades básicas y las de nuestra familia, y simplemente dar todo lo que tenemos a los demás.

Esto no fue algo que Jesús enseñara de ese modo.

Pero si apartar algo para de nuestro presupuesto para cultivar el hábito de la generosidad sistemática al compartir con otros.

El apóstol Juan nos anima diciendo no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.

Amar de hecho y en verdad significa no solo decir que somos cristianos, sino actuar ante las necesidades de los demás.

Del mismo modo en que no somos cristianos solo de vez en cuando, sino siempre, siempre debemos dar a quienes tengan necesidad.

#6 Aprovechar cada oportunidad para dar

Continuando con la idea de amar de hecho y en verdad, para ser generosos, ayudemos a nuestros hermanos tan frecuentemente como sea posible en la manera en que podamos.

Jesús mismo enseñó:

“A todo el que te pida, dale (…).”

Lucas‬ ‭6:30

Si dejamos pasar las oportunidades de dar, nuestro corazón se irá endureciendo, y cada vez será más difícil hacerlo.

Cuando no dar apresuradamente

Si bien es cierto que somos llamados a dar con generosidad a quienes necesiten, debemos tener cuidado en perpetuar la mala conducta con nuestra generosidad.

A los holgazanes y perezosos.

Proverbios 20:4:

El perezoso no ara á causa del invierno; pedirá pues en la siega, y no hallará.

2 Tesalonicenses 3:10:

Porque aun cuando estábamos con vosotros os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma.

Personas jóvenes que pueden trabajar, o tienen otras opciones

La biblia por ejemplo presenta el caso de las viudas jóvenes que no debían ser auspiciadas financieramente por la iglesia primitiva, puesto que se malacostumbraban, y ellas se podían casar.

Se debía considerar en su lugar a las viudas ancianas que daban buen testimonio y eran serviciales.

1 Timoteo 5: 9 -16

Que la viuda sea puesta en la lista sólo si no es menor de sesenta años, habiendo sido la esposa de un solo marido.

 

Que tenga testimonio de buenas obras; si ha criado hijos, si ha mostrado hospitalidad a extraños, si ha lavado los pies de los santos, si ha ayudado a los afligidos y si se ha consagrado a toda buena obra.

 

Pero rehúsa poner en la lista a viudas más jóvenes, porque cuando sienten deseos sensuales, contrarios a Cristo, se quieren casar, incurriendo así en condenación, por haber abandonado su promesa anterior.

 

Y además, aprenden a estar ociosas, yendo de casa en casa; y no sólo ociosas, sino también charlatanas y entremetidas, hablando de cosas que no son dignas.

 

Por tanto, quiero que las viudas más jóvenes se casen, que tengan hijos, que cuiden su casa y no den al adversario ocasión de reproche.

 

Pues algunas ya se han apartado para seguir a Satanás.

 

Si alguna creyente tiene viudas en la familia, que las mantenga, y que la iglesia no lleve la carga para que pueda ayudar a las que en verdad son viudas.

Debemos priorizar a los creyentes

Las ofrendas hechas en Galacia, Macedonia y Acaya no eran para los necesitados paganos en general, sino a los cristianos que estaban necesitados.

Esto nos recuerda que siempre deberíamos atender primero las necesidades de nuestros hermanos.

1 Corintios 16:1

Ahora bien, en cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también como instruí a las iglesias de Galacia.

2 Corintios 9: 1-2

Porque cuanto á la suministración para los santos, por demás me es escribiros; pues conozco vuestro pronto ánimo, del cual me glorío yo entre los de Macedonia, que Acaya está apercibida desde el año pasado; y vuestro ejemplo ha estimulado á muchos.

Beneficios de ser generoso según la biblia

Prosperidad

El que es generoso prospera; el que reanima será reanimado.

 

Proverbios 11:25

Felicidad

Con mi ejemplo les he mostrado que es preciso trabajar duro para ayudar a los necesitados, recordando las palabras del Señor Jesús:

 

“Hay más dicha en dar que en recibir”».

 

Hechos 20:35

Recibimos más de Dios

Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes».

 

Lucas 6:38

Somos bendecidos

El que es generoso será bendecido, pues comparte su comida con los pobres.

 

Proverbios 22:9

Disfrutamos el amor de Dios

Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.

 

2 Corintios 9:7

Dios nos recompensa

Por eso, cuando des a los necesitados, no lo anuncies al son de trompeta, como lo hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente les rinda homenaje. Les aseguro que ellos ya han recibido toda su recompensa.

 

Mateo 6:2

Nos hacemos ricos en el cielo

Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.

 

Mateo 19:21

Conclusión

La forma en que podemos ser verdaderamente generosos es poniendo nuestra confianza en el Señor antes que en los bienes materiales.

Es entregando la propiedad de todo lo que tenemos a Él, para usar esas bendiciones para su gloria, en lugar de nuestra sola comodidad y seguridad en esta tierra.


¿Y tú qué piensas? ¿Te gustaría ser generoso? Comparte en los comentarios.


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Bendiciones y un abrazo.

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