Es duro tener que enfrentarse a la pregunta de cómo tratar a los enemigos según la Biblia, pero en este mundo el ser odiados y despreciados por otros es una realidad.
Saber que alguien es tu enemigo es una de esas experiencias que ninguna persona disfruta atravesar.
Cuando sentimos o sabemos que alguien nos considera su enemigo, experimentamos sentimientos encontrados, pues en algunos casos quisiéramos responder con odio o desprecio.
Quizá podemos también desear que sea diferente o sentir culpa.
Pero, ¿qué debemos hacer al respecto?
Esta vez no te daré una respuesta directamente con las palabras expresadas por Jesús en la biblia:
“» (…) Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los maltratan.
Si alguien te pega en una mejilla, vuélvele también la otra.
Si alguien te quita la camisa, no le impidas que se lleve también la capa.
Dale a todo el que te pida y, si alguien se lleva lo que es tuyo, no se lo reclames.
Traten a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes.
» ¿Qué mérito tienen ustedes al amar a quienes los aman? Aun los pecadores lo hacen así.
¿Y qué mérito tienen ustedes al hacer bien a quienes les hacen bien? Aun los pecadores actúan así.”
Lucas 6:27-33
Querido lector, el amor es la respuesta.
El amor es la respuesta a cada circunstancia que enfrentamos en la vida, sea buena o sea mala.
Cuando alguien nos ama lo más maravilloso que podemos hacer es amarle, orar por esa persona.
Ser bondadosos con ellos, bendecirlos, ayudarlos.
Amar a quien no lo merece es uno de los actos de fe más fascinantes que tenemos la oportunidad y el privilegio de ejercitar.
¿No te convence la respuesta? ¿Qué tal esta?
“ (…) un hermano demanda a otro, ¡y esto ante los incrédulos!
(…) es una grave falla el solo hecho de que haya pleitos entre ustedes.
¿No sería mejor soportar la injusticia?
¿No sería mejor dejar que los defrauden?
Lejos de eso, son ustedes los que defraudan y cometen injusticias, ¡y conste que se trata de sus hermanos!”
1 Corintios 6:6-8
Querido amigo, Dios, quien sabe lo que es mejor, y cuyo carácter es amor, nos enseña que debemos obrar con humildad, longanimidad y paciencia con quienes nos odian o hacen daño.
Yo me enfrento al mismo desafío que tú cuando pienso en esto.
Sin embargo, no es por mi fuerza que puedo hacer, tampoco tú.
Es con el poder de Dios.
Dile hoy al señor conmigo:
Señor ayúdame a ser noble de corazón, a aceptar las ofensas y el mal sin tomar represalias.
A amar y a perdonar a quienes me han hecho daño y a quienes lo hagan en el futuro.
Regálame más de ese amor infinito tuyo capaz de amar tanto a un mundo tan perverso que se burla de ti y te insulta a diario, amarlo tanto como para despojarte de ti mismo y venir a morir por nosotros.
Ayúdame señor a que tu amor sea lo que impulse mis acciones y mi trato hacia los demás.
No más ya mi conveniencia, ni mi egoísmo, que sea tu amor y el deseo de salvar almas para tu reino lo que motive cada acción y cada reacción mía.
Que mi ser entero sea dominado por el Espíritu Santo y que por su poder pueda ser mi corazón transformado enteramente conforme a tu semejanza.
¿Y tú qué piensas acerca de cómo tratar a los enemigos según la Biblia? ¿Cuál es tu experiencia? Comparte en los comentarios.
Si necesitas ayuda, una mano amiga o un oído que te escuche. Si simplemente quieres conversar escríbeme un correo a contacto@soysegundo.com, será mi privilegio estar en contacto.
Bendiciones y un abrazo.
