Es importante saber la vida que Dios quiere para ti, te ahorrarás disgustos en gran medida.
Sin lugar a dudas, creo que esta es una de las preguntas más relevantes que alguna vez me he hecho en la vida, ¿cuál es la vida que Dios quiere para mí?
Es una pregunta que puede cambiar tu vida de forma maravillosa. Si te la estás haciendo, te felicito.
Para responder esa pregunta, te invito a leer conmigo este texto de la biblia.
“(…) tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.
No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente.
Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.”
Romanos 12:1-2
El capítulo 12 de romanos es sin lugar a dudas uno de esos apartes de la escritura que quienes la amamos deberíamos saber de memoria.
Su belleza y su relevancia son, por lo menos para mí, abrumadoras y me conmueven profundamente.
El apóstol Pablo hace una propuesta que considero es correspondiente con la vida que Dios quiere para nosotros.
La propuesta que el apóstol Pablo hace en este pasaje, me resulta particularmente trascendental para vida eterna, y un desafío espiritualmente ambicioso para el mundo en que vivimos hoy día.
Nos está invitando a ser radical y completamente diferentes a lo que la mayoría de nosotros hemos sido.
Nos está invitando a ser cristianos de un estándar más elevado, a ser más semejantes a Jesús y vivir una vida cristiana más digna del evangelio que privilegiadamente nos fue otorgado.
Esa es la vida que Dios quiere que vivamos.
Alguna vez escuché un monólogo llamado “la pequeña criatura especial de Dios”, su título es un sarcasmo bastante ácido y su contenido puede herir susceptibilidades.
Aunque pensé en editarlo un poco decidí dejarlo tal y como es, me atrevo a usarlo porque retrata bastante bien al ser humano de hoy y sobre todo devela una trampa que muchos estamos viviendo.
“¡Eddie Barzoon! ¡Eddie Barzoon! ¡Ja! Lo apoyé en dos divorcios, en una rehabilitación de cocaína y con una secretaria embarazada.
Una criatura de Dios ¿No? La criatura especial de Dios. ¡Ja!
Y se lo advertí, Kevin, se lo advertí en cada paso del camino; viéndolo rebotar como pelota, como un juguete de cuerda, como 120 kilos de avaricia sobre ruedas.
Los próximos mil años están a la vuelta de la esquina, Kevin.
Eddie Barzoon, obsérvalo bien, porque es la viva imagen del próximo milenio
Esta gente, no es ningún misterio de dónde viene.
Tú agudizas el insaciable apetito humano al punto en que puedes dividir átomos con su deseo, construyes egos del tamaño de catedrales y conectas al mundo por fibra óptica en cada leve impulso del alma.
Pules hasta los sueños más tontos con fantasías doradas de color verde dólar, hasta que cada humano se convierte en un emperador aspirante.
¡Se convierte en su propio Dios!
¿Y a dónde partes desde allí?
Y mientras reñimos al hacer un trato y otro ¿Quién tiene el ojo en este planeta?
El aire se espesa y el agua se avinagra, hasta la miel de las abejas toma ese sabor metálico de radioactividad y se acelera el ritmo más y más.
No hay oportunidad de pensar ni de prepararse, se compran futuros y se venden futuros.
¡Cuando no hay un futuro!
Tenemos un tren desbocado y tenemos a un millón de Eddie Barzoons corriendo hacia su futuro.
Todos tratando de comerse como locos el ex-planeta de Dios para después limpiarse las manos mientras tocan sus prístinos teclados cibernéticos
¡Todo para sumar sus horas cobrables!
Y que después acierte en el blanco.
Tienes que pagar tu parte Eddie, es un poco tarde para salirte del juego.
Tu estómago está lleno, tus ojos demasiado rojos, estas cansado de tirar y gritas para que alguien te ayude, pero ¿Adivina qué?
¡Nadie te ayuda! Estás solo, Eddie
¡Tú, criatura especial de Dios! ”
No sé tú que estés pensando, pero a diferencia de lo que dice el monólogo a mí, alguien si me ayudó y me dijo, no estás solo.
En un punto de mi vida el señor en su misericordia me llamó y me rescató de seguir siendo alguien muy parecido a Eddie Barzoon.
Me mostró el camino hacia la vida que Él quiere que yo viva.
Me rescató de seguir viviendo la trampa del mundo y seguir siendo un Eddie Barzoon más del montón.
Y es que muchos de nosotros, en una mayor o menor grado, lo somos.
Es curioso que este monólogo aparece en una controversial película donde uno de los personajes es Satanás y él mismo lo recita.
En ocasiones opino que a los seres humanos nos engañan en la televisión, pero de vez en cuando nos dicen la verdad en las películas.
Propongo que nos están diciendo la verdad de que existe un conflicto cósmico donde estamos siendo manipulados por Satanás y preferimos hacernos los de la vista gorda y seguir perdiendo el tiempo viviendo conforme a este siglo.
Lo cierto es que aquí estamos ahora y tenemos la opción de seguir siendo lo que el monólogo sarcásticamente llama “La criatura especial de Dios” o empezar a ser los “sacrificios vivos” de los que habla todo el capítulo 12 de Romanos.
Podemos vivir la vida que Dios quiere para nosotros o podemos vivir la vida que el mundo nos propone, es mejor para nosotros.
Podemos ser personas que le dan para siempre la espalda al mal y mirar a Cristo.
Personas de amor, personas de paz, personas de servicio, personas que renuncian al egoísmo por amor a la Cruz de Jesús.
Tendrías que leerlo tú mismo para saber de qué se trata ser un sacrificio vivo.
¿Qué decisión vas a tomar tú?
¿Hacia dónde quieres seguir dirigiendo tus pasos?
Ten cuidado si quizás estás en la trampa.
Cuán bello y maravilloso es el evangelio que nos ha sido confiado y cuánta dicha y gozo nos traería vivirlo en verdad.
Quiero compartir contigo este video de ¿Cómo puedo Conocer la Voluntad de Dios?
¿Qué piensas acerca de la vida que Dios quiere para ti? ¿Cuál es tu experiencia? Compártela con nosotros en los comentarios para crecer juntos.
¿Estás batallando con algún problema o circunstancia difícil en tu vida, y sientes que necesitas ayuda?
Estamos aquí para ti. Te ofrecemos la posibilidad de hablar con alguien que te ayude a atravesar todas esas cosas difíciles, siempre de la mano de Dios.
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Bendiciones y un abrazo.
