¿Por qué Dios no responde mis oraciones?

Alguna vez te has preguntado, ¿por qué Dios no responde mis oraciones?

Se trata de una pregunta válida que todos alguna vez nos hemos hecho cuando pasamos por tiempos en los que queremos una respuesta y no la vemos aún.

Existen muchas preguntas que las personas nos hacemos acerca de la oración y la forma en que las oraciones llegan a Dios o como él las contesta.

Quiero responder muchas de ellas basándome en información de una historia bíblica y de otras fuentes bíblicas.


Reflexión bíblica sobre nuestras oraciones a Dios

La historia que te quiero compartir es la de Ana, madre del profeta Samuel, y de la manera como Dios trató con sus oraciones, para que de ella respondamos nuestras preguntas.

Lee la historia conmigo:

Una vez, estando en Siló, Ana se levantó después de la comida.

Y a la vista del sacerdote Elí, que estaba sentado en su silla junto a la puerta del santuario del Señorcon gran angustia comenzó a orar al Señor y a llorar desconsoladamente. 

Entonces hizo este voto:

«Señor todopoderoso, si te dignas mirar la desdicha de esta sierva tuya, y si en vez de olvidarme te acuerdas de mí y me concedes un hijo varón, yo te lo entregaré para toda su vida, y nunca se le cortará el cabello».

Como Ana estuvo orando largo rato ante el Señor, Elí se fijó en su boca. 

Sus labios se movían, pero, debido a que Ana oraba en voz baja, no se podía oír su voz.

Elí pensó que estaba borracha, así que le dijo:

―¿Hasta cuándo te va a durar la borrachera? ¡Deja ya el vino!

―No, mi señor; no he bebido ni vino ni cerveza. Soy solo una mujer angustiada que ha venido a desahogarse delante del Señor.

No me tome usted por una mala mujer. He pasado este tiempo orando debido a mi angustia y aflicción.

―Vete en paz —respondió Elí—. Que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido.

―Gracias. Ojalá favorezca usted siempre a esta sierva suya.

Con esto, Ana se despidió y se fue a comer. Desde ese momento, su semblante cambió. 

Al día siguiente madrugaron y, después de adorar al Señor, volvieron a su casa en Ramá.

Luego Elcana se unió a su esposa Ana, y el Señor se acordó de ella.

Ana concibió y, pasado un año, dio a luz un hijo y le puso por nombre Samuel, pues dijo: «Al Señor se lo pedí».

1 Samuel 1:9-20

En esta historia, nos dimos cuenta de que Ana era una mujer que no podía concebir hijos y había orado a Dios por mucho tiempo pidiéndole uno.

A pesar de que había pasado mucho tiempo, y que ella sentía que quizá Dios no la miraba, no se acordaba de ella, o no la escuchaba; Ana persistió derramando su corazón delante de Dios en oración.

Ella lo buscaba en oración, creyendo que tarde o temprano Dios respondería su situación.

Y así sucedió.

Basado en esta historia, en esta publicación te comparto las respuestas a muchas preguntas en torno al tema de nuestras oraciones a Dios.

Pero antes de eso preparé un video relacionado con este tema que te puede bendecir.


Quisiera compartirte un sermón que puede bendecirte y ayudarte a contestar la pregunta de por qué Dios no contesta mis oraciones.


Dios escucha nuestras oraciones

1 Pedro 3:12

Esta historia nos recuerda que aunque tome tiempo, Dios nunca se olvida de una oración.

Ana llevaba mucho tiempo esperando por ese hijo, estaba bastante triste, desanimada.

Tanto como tú y yo podemos llegar a sentirnos a veces.

Pero Dios le contestó, hay algo muy importante en esta historia, y es que Dios nunca se olvida de ti.

En los momentos en que te preguntas por qué Dios no contesta tus oraciones, puedes confiar en que Él escucha y se interesa profundamente por cada plegaria sincera.

Si continuamos leyendo, vemos que Ana le propuso un trato a Dios.

El trato era que si Dios le permitía concebir un hijo, ella lo dedicaría todos los días de su vida a Él.

En su tristeza y desanimo la esperanza persistía aun cuando ella no podía ver que Dios muy pronto le daría lo que tanto anhelada.

Puede que en tu caso, como en el de Ana, Dios actúe de una forma aparentemente misteriosa, a pesar de ello sus respuestas siempre serán maravillosas.


Qué hacer cuando sientes que Dios no te escucha

Con frecuencia podemos sentir que Dios no nos escucha, nos hacemos la pregunta de por qué Dios no responde mis oraciones.

Cuando sientas que Dios no te escucha, no dejes que el desánimo te invada y te lleve a dejar de orar.

En lugar de eso, háblale a Dios con mayor frecuencia, alza tu voz con mayor fuerza desde lo más profundo de tu corazón.

Si sientes que no tienes fuerzas para hacerlo, pídele a Dios nuevas fuerzas y la capacidad de confiar que Él está obrando, aunque no lo veas o no lo entiendas.

Nuestra protagonista de hoy, tal vez sentía que Dios no escuchaba sus oraciones, pero ella decide hacer algo más que sumirse en sus emociones.

Ella decide perseverar en insistir en oración y abrirle su corazón a Dios.


Por qué siento que Dios me ignora

Alguna vez escuché una frase que responde muy bien esta pregunta y que me impactó:

«El maestro siempre está en silencio durante el examen».

La Biblia es clara en decirnos que nuestro corazón con frecuencia nos engaña y nos hace pensar o sentir cosas que no son verdad {Jeremías 17:9}.

No es cierto que Dios te ignora, Él nunca lo hace, Él escucha con amoroso interés cada petición genuina que clama por ayuda.

La razón que de que sientes que Dios te ignora es que estás consumido por tus emociones, tu impaciencia, tu dolor o tus frustraciones.

Ante esto, escoge escuchar la palabra de Dios, que te dice que Dios no te ignora, antes que lo que sientes. {1 Juan 3:20}


Por qué Dios no me ayuda cuando más lo necesito

«Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito» Romanos 8:28

Dios puede no aparentar ayudarnos cuando más lo necesitamos debido a que tiene una perspectiva eterna del asunto. A veces, Su ayuda se manifiesta de formas que no comprendemos en el momento presente. Un ejemplo es Jesús, quien confió en la voluntad de Dios a pesar de su sufrimiento en la cruz.

También podemos mirar a los mártires cristianos, quienes encontraron fortaleza y esperanza en medio de la adversidad. Aunque puede ser difícil entender, como creyentes, se nos llama a confiar en Dios y aferrarnos a Su amor y fidelidad, sabiendo que Él tiene un propósito mayor en todas las cosas.


Qué impide que mi oración llegue a Dios

Pecados a los que no queremos renunciar y de los que no nos hemos arrepentido. Juan 9:31 {Isaías 59:1-2}

Menospreciar la ley de Dios o su santa palabra. {Proverbios 28:9}

Orar para impresionar a otros. {Mateo 6:5}

Falta de fe en la bondad de Dios. {Santiago 1:5-7}

Pedimos cosas malas, egoístas o pecaminosas. {Santiago 4:3-4}

Maltrato intrafamiliar. {1 Pedro 3:7}

Ausencia del temor de Dios, Irreverencia o irrespeto hacia Dios. {Eclesiastés 5:2; Hebreos 5:7}

El que cierra su oído al clamor del pobre, también él clamará y no recibirá respuesta» (Proverbios 21:13


Por qué Dios no contesta algunas peticiones

Dios no responde cuando oramos con propósitos egoístas Stg. 4:3

Dios no responde cuando oramos fuera de Su voluntad 1 Juan 5:14 Mt. 26:39 Is. 55:9 Ro. 12:2

Dios no responde cuando oramos por peticiones erróneas Stg. 1:2-5 Santiago 4:3.

Dios no responde cuando oramos con arrogancia 1 P. 3:12 Sal. 138:6


Cuáles son las oraciones que Dios no escucha

Ahora bien, para que Dios acepte las oraciones, estas deben satisfacer ciertos requisitos. En primer lugar, han de dirigirse exclusivamente a Dios, no a Jesús ni a “santos” ni a imágenes (Éxodo 20:4, 5). Además, tienen que hacerse en el nombre del Hijo de Dios, Jesucristo (Juan 14:6). ¿Quiere decir esto que Jesús las escucha primero y después le transmite el mensaje a Dios? No. Más bien, significa que al orar a Jehová en el nombre de Jesús, nos identificamos como discípulos de Cristo y reconocemos que solo podemos acercarnos a Dios gracias al sacrificio de su Hijo (Hebreos 4:14-16).

Quien ora ha de hacerlo con fe. El apóstol Pablo señaló: “Sin fe es imposible serle de buen agrado, porque el que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que llega a ser remunerador de los que le buscan solícitamente” (Hebreos 11:6). ¿Cómo sabemos si tenemos esa clase de fe? El escritor bíblico Santiago contesta: “Yo te mostraré mi fe por mis obras” (Santiago 2:18). En efecto, la fe produce acciones, y estas, a su vez, demuestran que amamos a Dios y que procuramos agradarle.

Los adoradores de Dios también han de ser persistentes en sus oraciones. Así lo indicó Jesús claramente, tal y como se registra en Lucas 11:9, 10, citado en la introducción. Al fin y al cabo, si alguien ora solo una vez acerca de un asunto, ¿no da a entender que en realidad no le interesa?


Cómo Dios nos responde cuando oramos

Quizá Dios está obrando para pronto darte una respuesta positiva a tu petición.

Quizá la respuesta que desees en este momento, no es la que Dios tiene preparada para ti.

De ser así, podrá doler porque tal vez no era lo que esperabas, pero más adelante verás que fue lo mejor.

Dios te conoce mejor que nadie, y sus planes son perfectos.

El señor no se olvida de ninguna oración, a su tiempo y en su amor las contesta todas en la forma en que más convenga.

Cuando Dios no responde como esperamos

Quizá Dios ya contestó tu oración de una manera en que no esperabas y no te diste cuenta.

Quizá Dios está diciéndote que esperes, que este no es el mejor momento para recibir lo que anhelas.

Todas esas son respuestas, todas esas son formas en las que Dios nos contesta.

Dios responde a su tiempo

En nuestra historia vemos que la fe de Ana crecía, y Dios respondió su oración.

Aconteció que al tiempo Dios le cumplió su anhelado deseo, pudo dar a luz un hijo.

Hoy Dios nos dice, no desmayes, no te abandonaré, no dejes de confiar.

Él es el Dios que no olvida lo que pides, el Dios que contesta toda oración sincera.

Podemos dejar nuestra vida en sus manos, nuestra familia, trabajo, noviazgo, estudio y él siempre responderá.

El señor no nos ha prometido respuestas inmediatas. Sin embargo, nos anima a que pidamos, que nunca nos cansemos de persistir, de pedir y de confiar.

Cuando Dios responda nuestra oración, nos daremos cuenta de que los planes de Dios, sean o no iguales a los nuestros, siempre son lo mejor.

Él sabe mejor que nadie, que es lo que nos conviene.

No es el tiempo correcto

Dios es un ser infinitamente sabio y amoroso que conoce todas las cosas, incluyendo el pasado, el presente y el futuro. A través de la Biblia, vemos que Dios tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros y que trabaja todas las cosas para nuestro bien (Romanos 8:28).

Cuando oramos, buscamos comunicarnos con Dios y presentarle nuestras peticiones y necesidades. A veces, podemos experimentar la sensación de que nuestras oraciones no son respondidas o que Dios parece estar en silencio. En estos momentos, es importante recordar que Dios opera en su propia línea de tiempo y que su plan es más amplio y completo que nuestra comprensión humana limitada.

La idea de que «Dios no responde a tu oración porque no es el tiempo correcto» se basa en la creencia de que Dios, en su sabiduría y conocimiento perfectos, sabe cuál es el mejor momento para responder a nuestras oraciones. Puede haber ocasiones en las que nuestras peticiones no se alineen con su voluntad o con el tiempo que él considera más adecuado para nosotros.

La Biblia nos enseña que debemos confiar en el Señor y esperar en él (Salmo 27:14). Dios tiene el control y sabe cuándo es el momento adecuado para responder nuestras oraciones de acuerdo con su plan perfecto. Esto no significa que nuestras oraciones no sean importantes o que Dios no las escuche. Al contrario, Dios nos anima a presentar nuestras peticiones delante de él (Filipenses 4:6) y nos asegura que él está cerca de aquellos que lo invocan (Salmo 145:18).

Es posible que no comprendamos plenamente por qué nuestras oraciones no son respondidas de inmediato, pero podemos confiar en que Dios tiene un propósito y un tiempo perfecto para cada una de nuestras peticiones. A veces, podemos necesitar esperar, aprender y crecer en nuestra fe mientras confiamos en la sabiduría divina. En última instancia, Dios siempre actúa en lo que es mejor para nosotros, incluso cuando no entendemos sus caminos (Isaías 55:8-9).

Es importante mantener una actitud de humildad y confianza en Dios, sabiendo que él está obrando detrás de escena, incluso cuando no vemos resultados inmediatos. Nuestra fe se fortalece a medida que aprendemos a descansar en la soberanía y la bondad de Dios, confiando en que él responderá nuestras oraciones de acuerdo con su voluntad y en el tiempo perfecto.

No es lo mejor para ti.

Dios puede no responder a una oración porque Él, en su sabiduría infinita, sabe qué es lo mejor para cada persona. Aunque nuestras peticiones pueden ser legítimas, confiar en la voluntad de Dios y reconocer que Él tiene un plan más amplio y beneficioso es esencial. A veces, Dios nos dará algo mejor de lo que esperábamos o nos dirá «no» porque hay un propósito más grande en juego. En última instancia, podemos confiar en que Dios nos dará lo que realmente necesitamos.


Cómo se hace la oración de fe

Pídele con un corazón sincero y humilde y espera con paciencia en él.

Dios desea que lo busques, que le digas aún cosas como: «ayuda a mi hijo a conseguir un trabajo», «sana a mi madre», «pido por mi noviazgo o matrimonio», «ayúdame, me siento alejado de ti».

Pídele, espera su respuesta, y sea cual sea, será lo mejor.

Tal vez lleves mucho tiempo buscando una respuesta, y en medio de mil preguntas que te hagas, su amor responderá.


No sé cuál sea tu situación, puedes dejar tus peticiones de oración aquí abajo y estaremos orando por cada una de ellas.

¡Deja tu comentario, un abrazo!


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Estamos aquí para ti. Te ofrecemos la posibilidad de hablar con alguien que te ayude a atravesar todas esas cosas difíciles, siempre de la mano de Dios.

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Bendiciones y un abrazo.

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