En momentos de enfermedad, es común buscar apoyo espiritual para fortalecerse tanto física como emocionalmente.
La Biblia es una fuente inagotable de consuelo y esperanza en momentos de dolor y aflicción.
En este artículo, te ofrecemos una lista de versículos bíblicos especialmente seleccionados para que puedas leer cuando estás enfermo y ayudarte a encontrar fortaleza y paz interior.
- «El Señor te sostendrá en tus dolencias» (Salmo 41:3)
- «Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi herencia para siempre.» (Salmo 73:26)
- «Y el mismo Dios de paz los santifique por completo; y todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.» (1 Tesalonicenses 5:23)
- «Porque yo soy el Señor, tu Dios, que sostiene tu mano derecha, que te dice: ‘No temas, yo te ayudaré’.» (Isaías 41:13)
- «Jesús les dijo: «No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a justos, sino a pecadores».» (Marcos 2:17)
- «Él sana a los que tienen quebrantado el corazón, y les venda las heridas.» (Salmo 147:3)
- «Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso» (Mateo 11:28)
- «Porque así como sufren abundantemente por Cristo, también nuestra consolación abunda por medio de Cristo» (2 Corintios 1:5)
- «Jesús recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.» (Mateo 4:23)
- «Si alguno de ustedes está enfermo, llame a los ancianos de la iglesia para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. La oración de fe sanará al enfermo, y el Señor lo levantará. Y si ha cometido pecados, le serán perdonados.» (Santiago 5:14-15)
- «Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias.» (Salmo 103:2-3)
- «El Señor restaura mi alma; me guía por senderos de justicia por amor a su nombre. Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento.» (Salmo 23:3-4)
- Pero él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestras iniquidades. El castigo que nos trajo paz fue sobre él, y por sus llagas hemos sido sanados.» (Isaías 53:5)
- «Por tanto, no desfallecemos. Antes bien, aunque nuestro hombre exterior va decayendo, nuestro hombre interior se renueva de día en día. Porque esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación.» (2 Corintios 4:16-17)
- «Vino hacia su propia casa, y los suyos no lo recibieron. Pero a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.» (Juan 1:11-12)
- «Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.» (Isaías 41:10)
- «El Señor guardará de todo mal tu vida; guardará tu alma el Señor. El Señor guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.» (Salmo 121:7-8)
- «No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo y pidan a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos con él.» (Filipenses 4:6)
Conclusión
Te animamos a que utilices los versículos bíblicos que hemos compartido para ayudarte en momentos de enfermedad.
Sabemos lo difícil que puede ser luchar contra una enfermedad y queremos brindarte palabras finales de aliento y esperanza.
Recuerda que no estás solo, que hay personas a tu alrededor que te aman y que Dios siempre está contigo, fortaleciéndote y protegiéndote.
Mantén la fe, sigue luchando y recuerda que la recuperación es posible.