Cómo administrar el dinero según la Biblia

Administrar bien el dinero es algo que ayuda a que la vida sea más llevadera y satisfactoria.

Es natural que nos preguntemos cómo administrar el dinero según la Biblia, la biblia habla ampliamente acerca del dinero y su uso correcto.

En su amor, Dios se interesa por enseñarnos como ser buenos administradores del dinero.

A menudo pasamos por circunstancias económicas más adversas de las que podríamos estar pasando y nos preguntamos ¿por qué?

Quizá en algún momento gozaste de unas finanzas robustas y ahora el panorama ha cambiado de forma importante.

Quizá disfrutas de unas finanzas buenas y quieres seguir creciendo en este aspecto, lo cual te trajo aquí.

Por el contrario, quizá tu economía siempre ha sido un desastre y te gustaría que eso cambie.

Quisiera compartir contigo una posible razón de por qué pasamos por problemas financieros y cómo mejorar, si lo quieres.

Uno de los temas que uno menos se esperaría encontrar en la biblia es el tema de las finanzas personales.

Sin embargo, a Dios le interesa que vivas una vida abundante y saludable también en esos temas.

Por esta razón, no solo en el libro de proverbios, sino a lo largo de toda la escritura, podemos encontrar principios relacionados con este asunto.

A lo largo de su vida y a través de la expresión de su personalidad y carácter, Jesús también presentó preciosos principios relacionados con las finanzas.

En días pasados reflexionamos acerca del evento de la multiplicación de los panes y los peces.

La historia bíblica de hoy continúa en este mismo relato.

(…)Jesús dijo: «Hagan que la gente se recueste.»

 

Había mucha hierba en aquel lugar, y se recostaron como cinco mil hombres.

 

Jesús tomó aquellos panes, y luego de dar gracias los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados.

 

Esto mismo hizo con los pescados, y les dio cuanto querían.

 

“Cuando quedaron saciados, les dijo a sus discípulos:

 

«Recojan los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.»

 

Entonces ellos recogieron los pedazos que de los cinco panes de cebada les sobraron a los que habían comido, y con ellos llenaron doce cestas.”

 

‭‭San Juan‬ ‭6:12-13‬

Varias cosas me parecen interesantes de este relato.

La primera es que no está mal pedir a Dios que nos ayude en nuestras necesidades. Esto incluye las necesidades físicas y económicas.

La historia dice:

(…) y luego de dar gracias (…)

Es decir, antes que cualquier cosa, Jesús pidió y agradeció al padre por la bendición recibida.

Cuanto más deberíamos nosotros, ¿no crees?

A veces no recibimos simplemente porque no pedimos, también podemos dejar de recibir por no ser agradecidos.

Para tener finanzas saludables, debemos comprender que Dios es quien provee para nosotros también en esa área y no debemos temer venir a Él y contarle nuestras necesidades y anhelos.

Por otro lado, como un segundo aprendizaje, si lo piensas bien, podrás ver el precioso carácter de Jesús.

Él no pedía para sí mismo, probablemente él tenía que comer. Él no utilizaba las bendiciones de forma egoísta.

Pidió para atender las necesidades de los demás.

¿Nos dice eso algo importante acerca de cómo Dios quiere orientarnos para que seamos un canal de bendición?

Si solo nos interesamos por nosotros mismos, el Señor va a tener que buscar otro canal a través del cual bendecir a los que necesitan, y créeme, eso no va a sentar nada bien en tu salud financiera.

Bueno, quizá ya no te está sentando bien y necesitas cambiar eso con urgencia.

El apóstol Pablo en la escritura dice:

Y he sido un ejemplo constante de cómo pueden ayudar con trabajo y esfuerzo a los que están en necesidad.

 

Deben recordar las palabras del Señor Jesús: “Hay más bendición en dar que en recibir”».

 

Hechos 20:35

Dar es mejor que recibir.

Para tener finanzas saludables, la biblia nos enseña que debemos estar dispuestos a compartir con otros y no solo pensar en nosotros. Así Dios puede confiarnos sus bendiciones, sabiendo que seremos mayordomos sabios y diligentes con ellas.

Ahora, lo tercero que considero podemos aprender de esta historia, y que honestamente me parece bastante interesante, es lo siguiente:

Jesús acababa de hacer un milagro que permitía tener comida ¡ilimitada!

¡Ilimitada!

Sí.

¡Ilimitada!

Más aún, Jesús podía en cualquier momento hacer otro milagro igual o mayor a este y producir más y más comida.

Entonces.

¿Por qué razón se interesó en decir «Recojan los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.»?

A veces pensamos que porque vamos a recibir más bendiciones en el futuro no tenemos que preocuparnos de honrar al señor con las del presente y Jesús deja claro que esto es un error.

El asunto no era la facilidad con que se producían las bendiciones, el asunto era un interés por no deshonrar a Dios siendo desagradecido y despreciar la bendición que había proporcionado al desechar el recurso provisto.

¿Qué tal si revisamos ese punto en nuestras vidas? ¿De qué formas estamos desechando las bendiciones recibidas?

En el relato tampoco parece ser un problema el consumo que la gente realizaba de los alimentos producidos por el milagro, debido a que el relato bíblico expresa:

(…) y les dio cuanto querían.

 

Cuando quedaron saciados (…)

Es claro, pues, que al Señor no le molesta que disfrutes con modestia de la bendición que él provee.

Sin embargo, para tener finanzas saludables, la biblia nos enseña que necesitamos administrar sin desperdicios ni malos usos las bendiciones económicas que recibimos de Dios.

Un cuarto elemento que podemos aprender de esta historia, y que me gustaría introducir, así sea de forma alegórica, es el siguiente:

(…) se recostaron como cinco mil hombres.

 

(…) y con ellos llenaron doce cestas.

Por alguna razón el señor quiso dejar claros los números en este relato y me gusta pensar que aparte de mostrar su poder y gloria, también es para invitarnos a hacer cuentas.

Sí.

Hacer cuentas.

No a todos nos gustan los números, lo sé.

Pero es importante que cuantifiques y midas lo que haces con las bendiciones que recibes.

Para así poder ver como Dios hace milagros y poder ser más efectivo en la forma en que administras tus finanzas.

Para tener finanzas saludables, la biblia nos enseña que debemos tener claras nuestras cuentas. Tener presupuestos, tener claro en que gastamos y en que malgastamos el dinero.

Antes de cerrar, es importante que comprendamos que nuestra prioridad en la vida no debe ser el dinero.

El señor Jesús dijo:

No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.

 

Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

 

Mateo 6:19-21

Cómo cristianos no estamos llamados a amar el dinero, sino a amar a Dios sobre todas las cosas.

A amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, a amar a nuestro cónyuge, familia, amigos y enemigos.

Si bien es importante honrar al señor aun con nuestra economía, no debe jamás ser esta la única razón por la que le buscamos.

Por el contrario, el Señor nos llama a buscarle, a amarle y confiar en que Dios tiene cuidado de nuestras necesidades:

No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?

 

Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.

 

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Mateo 6: 31-33


Conclusión

– No pongas tu amor en el dinero ni busques a Jesús únicamente como un medio para conseguir bendiciones económicas.

– No tengas miedo de pedir al señor por tus necesidades.

– Comparte las bendiciones recibidas con otros que también necesitan. Sé un canal de bendición.

– Sé agradecido y honra a Dios con las bendiciones que recibes. Muchas o pocas. Más aún cuando parecieran ser ilimitadas.

– Pídele al señor sabiduría para disfrutar de ellas en formas y propósitos que le honren.

– Pídele al señor sabiduría para no malgastar tu dinero en cosas que no te edifican, sino que te destruyen y terminan siendo como si tiraras los panes y los peces a la basura.

– Y bueno, aunque no nos guste, hagamos cuentas, así sean sencillas.


Qué tal si nos cuentas el momento financiero por el que pasas o nos compartes algunos otros principios de la economía de Dios, con los cuales podamos ser edificados.

Ahí están los comentarios.


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Bendiciones y un abrazo.

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