Todas las personas tarde o temprano atravesamos por circunstancias difíciles en nuestra vida. Son momentos de mucha desorientación y dolor que parecen no tener sentido o propósito.
Nos preguntamos cómo enfrentar el sufrimiento con Dios.
El estar en esta tierra nos garantiza el sufrimiento. El sufrimiento es una realidad ineludible de la humanidad. Pero, ¿cómo podemos enfrentar el sufrimiento con Dios?
Esa es la pregunta que me propongo responder hoy.
Para hacerlo, quisiera invitarte a que leas conmigo un corto pasaje bíblico.
¿Qué más podemos decir?
Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar en contra de nosotros.
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
¿Quién acusará a los escogidos de Dios?
Dios es el que justifica.
¿Quién es el que condenará?
Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la derecha de Dios e intercede por nosotros.
¿Qué podrá separarnos del amor de Cristo?
¿Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro, espada?
Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor.
Romanos 8: 31 – 39
Quisiera comenzar mi exposición dando un poco de contexto a las palabras que acabas de leer en la biblia.
El apóstol Pablo, está hablándole a cristianos en Roma que estaban atravesando momentos muy difíciles por ser cristianos.
Se encontraban siendo perseguidos, encarcelados, azotados, tenían familiares en la cárcel, sus amigos y familiares les habían dado la espalda.
Habían perdido seres queridos, bienes y negocios.
Se encontraban atravesando cosas muy complicadas.
El apóstol mismo había atravesado por todas esas cosas también.
En unos cuantos versículos antes, Pablo les decía que los sufrimientos que estaban atravesando los acercarían más a Jesús, porque les ayudarían a ser más como Él.
Puedes leer un poco sobre eso en esta otra entrada del blog. Aquí.
Ahora teniendo eso en mente, en el texto del día de hoy, el apóstol da más palabras de ánimo diciéndoles que no se rindan a pesar de sus sufrimientos.
Que sus sufrimientos por causa de cristo no son en vano, que pueden tener la certeza irrefutable de la salvación por medio de Jesús.
El objetivo que Pablo quiere lograr al decirles eso es que no se rindan.
Que no dejen de creer a pesar del sufrimiento y el dolor.
Porque seamos sinceros. Quienes hemos atravesado por cosas difíciles sabemos que podemos sentir que no vale la pena seguir creyendo.
Pero hoy recordarte que atrás no hay nada bueno para ti.
Sigue adelante, sigue creyendo, sigue amando, sigue esperando lo mejor de Dios.
La palabra más profunda que el escritor bíblico le da a sus lectores sobre como enfrentar el sufrimiento es que nada los podrá separar del amor de Cristo.
Un Dios que te ama tanto que se dio así mismo en rescate por ti se interesa por ti en tus momentos difíciles y está dispuesto a ayudarte en medio de ellos.
Él quiere rescatarte del dolor.
Pero necesitas recordar que él no te ha abandonado.
Que él te ama igual que siempre lo ha hecho.
El amor de cristo es el consuelo en medio del sufrimiento.
El sufrimiento que pasamos con Cristo, en Cristo y por Cristo nos puede ser contado por victoria en él.
Porque con Jesús en nuestra vida podemos descansar en la confianza de que al final todo obra para bien.
Es mejor sufrir teniendo a Cristo que reír estando sin él.
Con Cristo aún en el sufrimiento tenemos vida. La vida sin Jesús no es vivir.
Sin jesús el sufrimiento y el dolor no tienen sentido, solo nos resta la desesperanza.
Pero con él todo cobra valor y significado.
La promesa es clara, si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar en contra de nosotros.
Aunque parezca que esta circunstancia te va a derrumbar. Recuerda que el amor de Cristo es tu fuerza y que Dios no va a permitir que tu historia termine ahí.
Los días grises que atraviesas son la noche oscura antes del amanecer. Dios quiere y puede darte gozo y esperanza en medio del dolor.
Dios puede y quiere escribir en tu vida una historia de redención.
Para enfrentar el sufrimiento con Dios es necesario aferrarse a Cristo y su amor en medio del dolor.
Aferrarse a su compasión y simpatía.
Recordar que él sufre con nosotros y que no nos es indiferente.
Para enfrentar el sufrimiento con Dios es necesario aferrarse a sus promesas y recordar que ellas son seguras y verdaderas.
Que si acaso la tormenta nunca pasa en esta tierra, él nos ha prometido mucho más que esto.
Él nos ha asegurado ya la eternidad de felicidad a su lado.
En Cristo tenemos garantía de esa promesa.
Aférrate de ella, haz de esa promesa y del amor de cristo tu fuerza y avanza por fe.
Dios te bendiga.
Espero que estas palabras sean de bendición para tu vida.
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