La pregunta de cómo obtener la vida eterna, ha sido una que ha preocupado a muchas personas por muchas generaciones.
Vivir eternamente parece ser uno de los anhelos más antiguos de la humanidad. Podría pensarse, pues, que hay algo de la muerte que no nos parece natural, que quisiéramos evitar.
Tristemente, pese a este anhelo, a diario observamos como millones de personas parecieran estar en cierto modo muertas en vida.
Una situación de desesperanza, carencia de significado, que pareciera comunicarle a las personas que sería preferible no continuar viviendo.
Incluso nosotros mismos quizá hemos experimentado eso.
El día de hoy, quisiera compartir contigo mis reflexiones sobre el tema de la vida eterna y como se puede obtenerla según la biblia.
Para hacerlo, te invito a leer un corto pasaje bíblico.
A ustedes, él les dio vida cuando aún estaban muertos en sus delitos y pecados, los cuales en otro tiempo practicaron, pues vivían de acuerdo a la corriente de este mundo y en conformidad con el príncipe del poder del aire, que es el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia.
Entre ellos todos nosotros también vivimos en otro tiempo.
Seguíamos los deseos de nuestra naturaleza humana y hacíamos lo que nuestra naturaleza y nuestros pensamientos nos llevaban a hacer.
Éramos por naturaleza objetos de ira, como los demás.
Pero Dios, cuya misericordia es abundante, por el gran amor con que nos amó, nos dio vida junto con Cristo, aun cuando estábamos muertos en nuestros pecados (la gracia de Dios los ha salvado) (…).
Efesios 1: 1 – 5
En este pasaje de la biblia, el apóstol Pablo le está hablando a la iglesia de la ciudad de Éfeso acerca de lo que es estar muerto en vida y de lo que es tener la vida eterna.
Este grupo de personas había experimentado en el pasado algo que el apóstol define como estar muerto; sin embargo, en el presente ya no vivían así, sino que había recibido vida.
Desde la perspectiva del autor bíblico, la experiencia de estar muerto en vida se define como vivir una vida entregada al pecado, sometido a las influencias del mal, y en procura de la mera satisfacción de las bajas pasiones humanas.
Aun cuando han pasado casi dos mil años desde que se escribieron estas líneas, en el presente observamos como los seres humanos continuamos batallando con el mismo desafío.
Queremos vida eterna, pero con frecuencia vivimos de forma autodestructiva.
Esto plantea una obvia contradicción, puesto que vivir eternamente solo tiene sentido si se trata de vivir una vida buena.
Evidentemente, nadie quisiera prologar una vida miserable, o vivir muerto en vida por toda la eternidad.
Así pues, es necesario ampliar el paradigma de vida eterna a algo que sea una vida digna de ser vivida eternamente.
En estos versículos la vida eterna se presenta como una alternativa mejor, como un estándar que dignifica la vida humana, como una manera de vivir que eleva al hombre en lugar de reducirlo al estado animal.
La vida eterna se presenta no solamente como el vivir para siempre, sino también como un estado, una manera de vivir mejor.
Esta manera de vida se fundamenta en una nueva realidad, la realidad de abrazar la misericordia de Dios y aceptar su inmenso amor.
Dios no desea que los seres humanos vivamos, haciéndonos daño a nosotros mismos y lastimando a los demás.
Él nos ama tanto que ha dispuesto para nosotros una mejor posibilidad.
La posibilidad de vivir para siempre junto a Él.
Esto es lo que la biblia llama vida eterna.
Los versículos del día de hoy presentan una hermosa exposición del evangelio, pues nos recuerdan la forma exacta en la que podemos tener vida eterna.
El texto dice: «él les dio vida», dice también que Dios nos «dio vida junto con cristo».
El camino que Dios ha dispuesto para que tengamos vida eterna empieza y transita por Jesús.
La vida eterna se obtiene de las únicas manos que pueden proporcionarla, de las manos que la compraron para nosotros.
Las manos de Jesús.
En Jesús tenemos vida.
Vida eterna.
Una vida real, una vida mejor, una vida que vale la pena.
Lejos de Jesús vivimos en la muerte.
En la autodestrucción.
Profanando nuestros cuerpos, nuestras mentes, destruyendo nuestras familias, despojándonos de nuestra dignidad.
Lejos de Jesús, vivimos sin razones para hacer lo bueno, derrotados por aquello que nos hace daño.
El día de hoy quiero invitarte a que recibas el regalo de la vida eterna que Dios desea darte.
Para hacerlo pídesela a Jesús.
Pídele que te ayude a aceptarlo a Él como tu fuente de vida.
Pídele que te ayude a aceptarlo como tu redentor y salvador.
Que te ayude a entregarle tu vida y tu corazón.
Espero que estas palabras hayan sido de bendición para tu vida.
¿Y tú qué piensas? ¿Quieres tener vida eterna? Comparte en los comentarios.
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Estamos aquí para ti. Te ofrecemos la posibilidad de hablar con alguien que te ayude a atravesar todas esas cosas difíciles, siempre de la mano de Dios.
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Bendiciones y un abrazo.
