Cómo saber si Dios es real según la biblia

Pocas preguntas son tan determinantes en la vida de una persona como la de sí Dios es real o no.

Sin embargo, ante una pregunta tan importante existe otra: ¿Cómo saber si Dios es real?

¿Qué debo hacer para tener esa certeza?

¿Sabes? Yo he pasado por ahí.

La incapacidad de creer, la ausencia de significado, la impotencia, la frustración de no poder encontrar sentido en lo que los demás encuentran o de no encontrarlo en la existencia misma.

La confusión de la sobreinformación teológica y científica. La discrepancia entre ambas posturas.

A quien creerle acerca de si Dios es real o no.

Pero después de pasar mucho tiempo allí, Dios me tendió su mano y me mostró la verdad.

Este es un tema especial para mí.

Si me permites, me gustaría ilustrarte cómo puedes tomar un camino efectivo para darte cuenta de que Dios es real y creer en Él.

La historia del día se encuentra en los evangelios.

Te invito a que la revisemos juntos:

“(…) Felipe halló a Natanael y le dijo: «Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, y también los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.»

 

Natanael le dijo: «¿Y de Nazaret puede salir algo bueno?»

 

(…) le dijo Felipe: «Ven a ver.»

 

Cuando Jesús vio que Natanael se le acercaba, dijo de él: «Aquí tienen a un verdadero israelita, en quien no hay engaño.»

 

Natanael le dijo: «¿Y de dónde me conoces?»

 

Jesús le respondió: «Te vi antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera.»

 

Natanael le dijo: «Rabí, ¡tú eres el Hijo de Dios!; ¡tú eres el Rey de Israel!»

 

Jesús le respondió: «¿Crees sólo porque te dije que te vi debajo de la higuera? ¡Pues cosas mayores que éstas verás!»

 

También le dijo: «De cierto, de cierto les digo, que de aquí en adelante verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del Hombre.»”
‭‭

San Juan‬ ‭1:45-51‬‬‬

Natanael, al igual que tú y yo, fue una persona a la que se le dificultó creer en Jesús.

Aunque este personaje ya creía en Dios, no creía en la realidad de Dios viniendo en Jesús a la tierra.

Por eso, aun así es pertinente para darte la respuesta que buscas. Te prometí que voy a contarte como saber si Dios es real y eso es lo que haré usando esta historia.

Por favor continúa leyendo.

Un día cualquiera, este hombre estaba en un jardín bajo una higuera, probablemente pensativo.

Quizá pensaba sobre asuntos de la vida, la existencia.

Acerca de las historias de que vendría un mesías a cambiar la historia del mundo, las cuales eran ampliamente enseñadas entre los judíos.

El personaje de nuestra hisotoria muy probablemente estaba allí pensando con respecto al mesías y los rumores que había oído acerca de que ya había llegado.

Pensaba si sería cierto, o no, que este del que hablaban tanto era el mesías.

Tenía dudas cómo la mayoría de israelitas al respecto.

Sabía, en el fondo de su corazón, que su vida necesitaba algo más.

Que algo hacía falta, que algo no estaba bien.

Que había algo mejor que lo que él había experimentado hasta entonces y anhelaba en su corazón eso que tanto necesitaba.

Ese algo era Jesús.

Tengo mis razones para creer todo lo anterior, las cuales expondré más adelante así que lee con atención.

No sé cuál sea tu experiencia, pero si conozco la mía; y bueno, en muchos cosas las historias se repiten.

No sé que pienses pero quizá tu historia tiene algún parecido con la de este hombre.

Si es así es porque tienes una necesidad básica insatisfecha, la necesidad de Dios.  Por eso necesitas saber si Dios es real.

En ese momento su hermano Felipe llegó emocionado corriendo a contarle que había encontrado al mesías, al salvador del mudo.

Aquel del cual —

escribió Moisés en la ley, y también los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.»

 

Hay una diferencia clave en la actitud de estos dos hermanos, que me gustaría que vieras.

Mientras que Natanael estaba lejos de Jesús, al margen.

Cuestionándose, preguntándose si era verdad o no que Jesús era el mesías, pensando si quizá en verdad existiría un mesías.

Mientras se limitaba a reflexionar el tema.

Su hermano Felipe hizo algo diferente.

Felipe fue a buscar al mesías.

Nosotros también podemos tomar una de esas dos actitudes. La de solo pensar acerca de si Dios es real, o la de ir a ver si Dios es real.

Hay una gran diferencia. La una es introspectiva-pasiva, lo otra es proactiva.

Para saber si Dios es real necesitamos tomar una actitud proactiva con respecto a esta pregunta e ir a ver si Dios es real.

La escritura dice que Felipe le dice a su hermano hemos «hallado» al mesías.

Probablemente Felipe estaba con Juan el bautista esperando la oportunidad para ver a aquel de quien Juan hablaba tanto y darse cuenta por sí mismo si era o no cierto.

La biblia dice que cuando Felipe se encuentra con Jesús  el Señor le dice «sígueme».

Es de suponer que Felipe ya tenía conocimiento de quien era Jesús, porque nadie va por la calle un día sin tener nada que ver y otra persona le dice «sígueme» y enseguida el otro acepta.

Felipe no rehúsa esa invitación porque él estaba buscando al mesías, así que lo empieza a seguir.

Lo seguía para ver que hacía.

Para cerciorarse por sí mismo de la verdad.

Felipe pasa tiempo con Jesús analizándolo, escuchándolo, preguntándole, experimentando.

Pasó varias horas, días quizá cerca de Jesús antes de llegar a su conclusión.

Esto es maravilloso y clave en la historia de Felipe. Esto es lo que en ese momento lo diferencia de su hermano.

De cualquier modo, todos somos diferentes y Dios a todos nos ama y acepta por igual.

Pero su comportamiento, el de Felipe, también lo diferencia de actitudes que hemos llegado a tomar tú y yo en nuestra vida.

Quizá no hemos tenido la humildad para hacer lo que hizo Felipe.

Quizá has preferido mantenerte al margen de Dios, de Jesús cuestionando pero no te has acercado para ver y experimentar.

Quizá no lo has estado buscando para ver con tus propios ojos, oír con tus propios oídos, tocar con tus propias manos, experimentar con tu ser aquello que sabes que necesitas.

Aquello de lo que todo mundo habla y da testimonio.

No en vano tantas personas creemos en Dios, lo hacemos porque tan experiencia como la evidencia objetiva nos confirma que Dios es real.

Ahora volvamos a Natanael.

La historia dice que su hermano Felipe vino a él con la convicción y la certeza de lo que su experiencia personal le había confirmado.

Felipe había visto a Jesús cara a cara, había pasado tiempo con él, había hablado con él, le había hecho preguntas, había experimentado su gloria y sentido el amor, visto sus milagros.

Le compartió todo esto a su hermano con entusiasmo y seguridad plena.

Pero recuerdas ¿cuál fue la respuesta de aquel hombre?

Natanael le dijo: «¿Y de Nazaret puede salir algo bueno?»

Es decir, él puso en duda las palabras y la experiencia de su hermano.

Fue escéptico a ella.

¿Sabes? Eso mismo hice yo muchas veces cuando las personas, venían felices a hablarme de su experiencia con Dios.

Quizá a ti también te pasa, quizá tú has sido como Natanael, escéptico al testimonio de los demás acerca de la realidad de Dios.

Es normal, no tienes que sentirte culpable por ello.

Solo quiero que lo notes en ti, si así es.

Pero mira la sabiduría de Felipe en su respuesta.

La cual, en mi opinión, sin lugar a dudas fue maravillosa.

Indiscutiblemente se nota que había estado cerca de Jesús.

(…) le dijo Felipe: «Ven a ver.»

Felipe sabía que él había creído por lo que él mismo había visto, escuchado y experimentado y que su hermano aun con todo su escepticismo se daría cuenta de la verdad tan pronto la experimentara.

Y me encanta lo que hace Natanael.

A la invitación de su hermano Felipe, él hizo lo que quiero recomendarte que hagas.

Te lo recomiendo de corazón para que no sigas perdiendo tiempo debajo de la higuera de la incertidumbre donde estás, la higuera de la duda, del escepticismo, de la frustración, de la imposibilidad de creer.

Natanael fue a ver.

Tan simple y tan sencillo como eso.

Él no se quedó con la duda.

Él no se quedó discutiendo con su hermano las razones por las que Jesús no era el mesías, o las razones por las que no tenía sentido lo que su hermano le estaba diciendo.

Tampoco dio la espalda a la oportunidad que tenía por delante.

No.

Natanael simplemente fue a ver.

¿Es tan difícil?

Mira la realidad es que la manera más fácil y menos dolorosa para que llegues a comprobar por ti mismo si Dios es real, que Jesús es real.

La manera más fácil y menos dolorosa es que vengas a ver.

La forma más conveniente para saber si Dios es real, es acercarnos a Él y pedirle que nos deje experimentar la vida con Él.

Te voy a dar un ejemplo para ilustrarlo aún más.

Tú y yo nos sentamos en una misma mesa a conversar y yo saco una naranja.

¿Vale?

Yo la parto por la mitad, y me empiezo a comer media naranja.

Mientras me como esa mitad, a ti se te antoja, pero te preguntas si está dulce o ácida.

Yo te pregunto, ¿quieres?

Pero tú no sabes si está ácida o dulce.

¿Qué es más fácil para que tú tengas la certeza de la respuesta?

¿Qué me preguntes o que me recibas la media naranja y la pruebes por ti mismo?

No hay garantías de que yo te diga la verdad.

Obviamente, solo tendrás la certeza si tú mismo la pruebas.

Es lo mismo con la vida espiritual.

Para saber si Dios es real, necesitamos experimentarlo por nosotros mismos.

Es probable que en el fondo tú sabes que quieres esa naranja.

Es probable que en el fondo tú sabes que quieres a Dios, a Jesús.

Pero no sabes si es real o no.

Deja de perder tu tiempo preguntándole a la gente, o pensando si está dulce o ácida la naranja y pruébala por ti mismo.

Exactamente eso hizo Natanael y tiene mi aplauso y felicitación.

Él fue a experimentar a Dios en la persona de Jesús.

En el preciso momento en que Natanael llega a él, el Señor Jesús hace el primer milagro en su vida.

Le demuestra que él conoce su necesidad espiritual.

Jesús le respondió: «Te vi antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera.»

Natanael no creyó que Jesús era el mesías porque el Señor casualmente pasó por una higuera, lo vio ahí y luego se lo encuentra y le dice «te vi bajo la higuera».

Obviamente no fue así.

La respuesta de Natanael fue contundente:

¡tú eres el Hijo de Dios!; ¡tú eres el Rey de Israel!»

Este hombre creyó en Jesús, por un lado porque no había forma de que Jesús lo viera bajo la higuera, él estaba lejos de Jesús.

Pero también porque Natanael y Jesús sabían lo que había estado pasando tantas veces bajo esa misma higuera.

Natanael pudo comprender en lo más profundo de su ser que Jesús le estaba dando la respuesta a todas sus preguntas con solo decirle «te vi bajo la higuera».

Esto para aquel hombre fue como si le dijera «sé lo que has estado pasando, sé que te has estado preguntando si soy o no el mesías. Lo soy».

No necesitó más pruebas.

No necesitó más razones, no necesitó más respuestas.

No necesitó más y más de las explicaciones y argumentaciones lógicas sofisticadas.

Él lo supo en lo más profundo de su ser.

Allí, a causa de esto, aquel hombre creyó inmediatamente, sin cuestionar, sin chistar.

Y lo supo y estuvo seguro el resto de su vida.

Pero aún hay más.

El señor Jesús le dice:

(…) «¿Crees sólo porque te dije que te vi debajo de la higuera? ¡Pues cosas mayores que éstas verás!»

 

También le dijo: «De cierto, de cierto les digo, que de aquí en adelante verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del Hombre.»”
‭‭

En otras palabras, el Señor Jesús le dice:

«ya sabes que soy yo, que yo soy el mesías, que yo soy real.

Pero de ahora en adelante vas a empezar a ver los milagros, vas a empezar a ver con ojos diferentes.

Vas a empezar a notar aquello que antes no podías notar.

Será tan claro como si vieras con tus propios ojos los ángeles bajar del cielo.»

Mi recomendación si quieres saber si Dios es real, es  «ven a ver».

Te vas a sorprender con la realidad.

Y una vez lo hagas, mantente alerta y confía desde el fondo de tu corazón.

No sigas dudando como lo hace la mayoría. No tienes por qué.

Mantente expectante y cree que es posible ver cosas fuera de este planeta.

Cosas increíbles. Milagros sorprendentes.

Date la oportunidad de ver al Señor obrar de forma sobrenatural.

Porque vas a ver cada día más y más las obras de Dios, los milagros, su providencia y dirección totalmente claras en tu vida y en la vida de las demás personas que te rodean.


¿Cuál ha sido tu experiencia entorno a creer que Dios es real? Compártenosla en los comentarios para fortalecernos juntos.


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Bendiciones y un abrazo.

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