Consuelo De Dios En Momentos Difíciles

¿Alguna vez has pasado una situación difícil y pensado que aquello que sufres es tan doloroso que no es posible que alguien más pueda comprenderlo?

El día de hoy quisiera compartir una reflexión que nos da Consuelo De Dios En Momentos Difíciles.

En el libro de Juan, específicamente el capítulo 7 y versículos 1 al 5, leemos que los líderes Judíos de Judea querían asesinar a Jesús, y que por ello el Señor se había refugiado en otra región de Israel.

La palabra de Dios dice que los medios hermanos de Jesús, de quienes uno esperaría el mayor respaldo por ser su familia, ni siquiera creían en Él.

Ellos le aconsejaban que se fuera a Judea, donde lo querían matar, para que allí mostrara sus milagros en público en un gran evento al que acudirían miles de personas de todo Israel.

El seguir este consejo, ponía en riesgo la vida del Señor de forma prematura.

¿Te imaginas lo que es pasar tu vida entera siendo completamente incomprendido por tu propia familia?

¿Tener el mundo entero en contra y no tener a nadie en esta tierra humanamente en quien contar?

Jesús experimentó de primera mano lo que es ser traicionado y rechazado, incluso por aquellos que deberían apoyarnos incondicionalmente.

Es difícil imaginar cómo se habrá sentido nuestro salvador al ver que su propia familia no lo apoyaba. Sin embargo, a través de estas experiencias dolorosas, Dios ha experimentado lo que sufrimos los seres humanos en nuestras relaciones rotas.

Dios ha experimentado a través de Jesús cada situación dolorosa que sufrimos los seres humanos, es por eso que en Dios tenemos a alguien que nos comprende y conoce de primera mano nuestro propio dolor y lo que está roto dentro nuestro.

En nuestras luchas diarias, podemos encontrar paz y consuelo en el conocimiento de que Dios tenemos a alguien que nos entiende de manera profunda y auténtica.

Aunque en nuestro paso por esta tierra no podamos evitar el dolor, una cosa es sufrir en los brazos de Dios, y otra muy distinta sufrir lejos de Él.

Por eso, quisiera invitarte a que si no lo has hecho, le entregues tu vida a Cristo y empieces hoy a caminar en su voluntad.

Cómo estuvo con Jesús, Dios estará contigo en medio de tu dolor.

No pierdas la esperanza.

Recuerda que Dios te comprende y te sostiene en todo momento, incluso cuando aquellos que deberían apoyarte te dan la espalda.

Sigue adelante con fe, confiando en que Él está contigo en cada paso del camino.

Que Dios te bendiga.

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