Cuando Dios nos ayuda pero todo parece empeorar

Con frecuencia pasamos por momentos duros y difíciles en nuestra vida y queremos que Dios intervenga en ella para que nos ayude.

Sin embargo, parece que no lo hace porque las cosas no mejoran, Dios nos ayuda pero todo parece empeorar.

Hoy quisiera que reflexionemos en esta idea.

Que reflexionemos acerca de la forma misteriosa en que a veces Dios hace las cosas.

Misteriosa porque con frecuencia no lo hace en la manera en que nosotros esperamos que lo hiciera.

La historia en torno a la cual quisiera reflexionar, es la historia del pueblo de Israel, cuando Dios envía a Moisés a faraón, para que le pida que deje ir al pueblo a adorarlo en el desierto.

Un recuento de la historia sería que, el pueblo de Israel se encontraba esclavo en Egipto, sufriendo abusos por parte de la nación.

Durante esos años la gente empieza a pedirle a Dios desesperadamente que los libere.

Dios escucha su clamor y decide enviar a Moisés para ocuparse del asunto.

Sin embargo, cuando Moisés le comunica las demandas de Dios a faraón, este reacciona agravando despiadadamente la carga de trabajo de los israelitas y, por lo tanto, incrementando su sufrimiento y aflicción.

La situación se torna tan tensa y difícil para el pueblo de Israel, que leemos a Moisés expresar las siguientes palabras:

Entonces Moisés se volvió a Jehová, y dijo:

 

Señor, ¿por qué afliges a este pueblo?

 

¿Para qué me enviaste?

 

Porque desde que yo vine a Faraón para hablarle en tu nombre, ha afligido a este pueblo; y tú no has librado a tu pueblo.

 

Éxodo 5: 22-23

Pareciera impensable que la intervención de Dios en favor de su pueblo desencadenaría una desmejora en su situación.

Sin embargo, eso es exactamente lo que vemos aquí.

Teniendo este precedente bíblico como recurso, podemos concluir que, entre las maneras en que Dios opera para ayudarnos, este evento es también posible para nosotros.

Moisés no podía ver el futuro en la manera en que Dios podía y por ende no comprendía lo que Dios estaba haciendo.

Se supone que con la ayuda de Dios todo debía mejorar.

Sin embargo, eso no estaba pasando.

Lo que la ansiedad de Moisés no le permitía ver, es que todo esto era parte del proceso por el que Dios quería llevar al pueblo para conseguir su liberación.

Es decir, era una situación temporal necesaria dentro del plan de Dios para ellos.

Es común que los creyentes atravesemos momentos difíciles en los cuales nuestra fe y confianza en el Señor flaquea.

Más aún cuando al clamar por su ayuda las cosas no parecen mejorar, o incluso pareciera que empeoran.

Pero, ¿y que si al igual que con el pueblo de Israel, Dios estaba obrando para bien, no solo en la adversidad, sino a través de ella?

Todos conocemos el desenlace de la historia, el pueblo Israel indiscutiblemente termina siendo liberado, el favor de Dios es tal sobre ellos que despojan a los egipcios de sus riquezas.

Las gravosas cargas y penas temporales cesan cuando el plan de Dios es cabalmente ejecutado.

Es normal que nuestro débil corazón llegue a dudar del amor de Dios y de su fidelidad en los momentos más difíciles.

Sin embargo, no dejemos que ese sentir nos despoje de la certeza racional de que Dios nos ama, nos ayuda y que si permanecemos en sus manos, podemos confiar en que lo que atravesemos al final será para nuestro bien.


¿Y tú qué piensas? ¿Estás pasando por un momento difícil en tu vida? ¿Cuál es tu experiencia? Comparte en los comentarios.


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Bendiciones y un abrazo.

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