Veremos que dice la biblia sobre la conciencia tanto en el mundo de hoy como en la antigüedad.
El tema de la conciencia, y su papel en nuestra vida espiritual, ha sido siempre uno que me ha intrigado bastante. Durante varios años, he reflexionado esporádicamente acerca del tema y he llegado a convicciones personales importantes.
El día de hoy, mientras continuo mi estudio bíblico del libro de romanos, tropecé con un texto relacionado con el tema de la conciencia.
Quisiera compartirlo contigo, y compartir algunas ideas y reflexiones personales en torno a este tema:
Tal vez crees que no hay nada malo en lo que haces, pero mantenlo entre tú y Dios.
Benditos son los que no se sienten culpables por hacer algo que han decidido que es correcto.
Pero si tienes dudas acerca de si debes o no comer algo en particular, entonces es pecado comerlo, pues no eres fiel a tus convicciones.
Si haces algo que crees que está mal, pecas.
Romanos 12: 22 – 23
Lo primero que quisiera hacer al abordar este texto bíblico, es presentarlo en su contexto original, con el fin de evitar que sea malinterpretado.
Este texto es un mensaje del apóstol Pablo a la iglesia de Roma.
Ellos estaban viviendo una situación de desacuerdos y conflictos internos. Dichos desacuerdos, estaban relacionados con las prácticas y ritos judíos, y el comer carne del mercado, que había sido posiblemente sacrificada a ídolos.
Algunos decían que había que observar las prácticas y ritos judíos, otros que no. Algunos decían que era mejor no comer ninguna carne, por temor de que fuera sacrificada a ídolos, otros pensaban que esto no era relevante.
La postura del apóstol Pablo es que no se deben juzgar los unos a los otros, con independencia de cuál fuera su postura respecto de estos temas.
Que lo importante era que cada quien viviera sus convicciones en paz, sin imponérselas a los demás.
Los que comían carnes, posiblemente sacrificadas a ídolos, y su conciencia no los acusaba, hacían bien en comerlas, pero no debían perturbar a los demás imponiéndoles sus ideas.
A quienes su conciencia les dictaba que era incorrecto comer carne, por temor de que hubiera sido sacrificada a ídolos, hacían bien en no comerlas porque su conciencia se los impedía.
Es en ese contexto exacto en que estas palabras fueron escritas.
Esta publicación no busca relativizar, o subjetivar, la experiencia de fe acerca de temas en los que Dios ha sido claro.
Ahora sí, abordemos el tema.
Dios nos ha bendecido a todos con una conciencia.
Un sentido interno de lo que es correcto o incorrecto, bueno o malo, lo que puede ser aprobado o reprobable.
Cuando una persona está sometida a la dirección de Dios, el espíritu santo habla a la conciencia sensible para guiar a la persona a vivir una vida cada vez mejor.
Aun así, nuestra conciencia no siempre es infalible.
También está sujeta a ser condicionada hasta cierto grado, sobre todo durante la infancia temprana.
Debido a estos condicionamientos previos, en algunos casos nuestra conciencia podría acusarnos de cosas que no están verdaderamente mal.
Como el caso de quienes pensaban que comer carne del mercado, por temor de que hubiese sido sacrificada a ídolos, estaba mal.
El apóstol los denomina débiles en la fe, puesto que no entienden que aún un ídolo es un ser inerte, y que no debían vivir su vida, dejándose afectar por ese tipo de cosas triviales.
También una conciencia alejada de Dios puede ser silenciada, o incluso aprobar cosas que son incorrectas.
A lo largo de la biblia vemos casos como estos. Nuestra propia vida bien podría ser un ejemplo, puesto que muchos hemos pasado por esto también.
Aun así, algo importante que la biblia nos recalca, es que no debemos ir contra nuestra conciencia cuando esta nos indica que algo no es correcto.
Esto es hacernos un mal, porque pecamos contra nosotros mismos al privarnos de nuestra paz mental.
Incluso nuestra conciencia puede estarnos hablando de algo realmente malo que debemos evitar.
La conciencia juega un papel relevante en nuestro caminar con Dios.
Basado en el texto del día de hoy, mi experiencia y reflexiones personales, pienso que es menester pedirle a Dios que nos ayude a tener una conciencia sana.
Que nos regale una conciencia, hasta donde sea posible, libre de ideas falsas.
Que nos regale una conciencia que apruebe lo realmente correcto y que desapruebe lo realmente incorrecto.
Conforme vamos creciendo en nuestra fe y avanzando en nuestro caminar íntimo con Dios, a medida que vamos siendo transformados a la imagen de Jesús, él nos irá ayudando a ver y a entender mejor nuestras limitaciones.
Nuestra conciencia se hará más saludable, más exacta y más fuerte.
¿Y tú qué crees? ¿Hay algo que tu conciencia te está diciendo? Comparte en los comentarios.
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Bendiciones y un abrazo.
