8 terribles consecuencias del orgullo según la biblia

El orgullo es una de los defectos de carácter que la biblia señala con mayor insistencia como nocivos.

Dios en su amor, ha querido que nos familiaricemos con las consecuencias del orgullo para que podamos escapar de su efecto devastador.

El día de hoy, me gustaría compartir contigo una historia bíblica por medio de la cual reflexionar acerca del orgullo y sus consecuencias.

Se trata de la historia del rey Nabucodonosor y una estatua de oro que este mandó erigir.


El orgullo en la vida de Nabucodonosor

La historia de vida de Nabucodonosor tiene una serie de lecciones importantes que enseñarnos acerca del orgullo y sus consecuencias.

Hoy meditaremos en una parte de ella.

Dios le había dado a Nabucodonosor un misterioso sueño sobre una estatua gigante de varios metales.

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Cuando el rey quiso saber su interpretación, demandó que los sabios del reino no solo le debían dar la interpretación, sino que también debían relatarle el sueño sin que él lo contara antes.

El sueño era sobre los reinos que dirigirían el derrotero de la historia humana hasta el fin del mundo después del imperio babilónico.

Dios había permitido que Daniel le relatara el sueño al rey y se lo interpretara, comprobándole que Él (Dios) era el soberano de la historia humana.

Dios le había dejado claro al rey por medio de Daniel que, por su misericordia, Él le había permitido a Nabucodonosor tener el poder que tenía, con el fin de llevar a cabo sus propósitos eternos.

A pesar de que Dios había sido tan claro con el rey, este decide darle la espalda a Dios.

Veamos lo que Nabucodonosor hizo un tiempo después de estos sucesos.

El rey Nabucodonosor mandó hacer una estatua de oro, de veintisiete metros de alto por dos metros y medio de ancho, y mandó que la colocaran en los llanos de Dura, en la provincia de Babilonia.

 

Luego les ordenó a los sátrapas, prefectos, gobernadores, consejeros, tesoreros, jueces, magistrados y demás oficiales de las provincias que asistieran a la dedicación de la estatua que había mandado erigir.

 

«A ustedes, pueblos, naciones y gente de toda lengua, se les ordena lo siguiente:

 

Tan pronto como escuchen la música (…), deberán inclinarse y adorar la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha mandado erigir.

 

Todo el que no se incline ante ella ni la adore será arrojado de inmediato a un horno en llamas».

 

| Daniel 3: 1 – 2, 5 – 6

En su orgullo, el rey crea una estatua gigante, similar a la que había visto en su sueño.

La mandó a hacer toda de oro, como la cabeza de la estatua que había soñado, la cual lo representaba a él.

Algunos creen que esta era una estatua de sí mismo, y que estaba mandando que lo adoraran como un dios.

La biblia no lo indica de forma explícita, pero que no sería extraño dado que el corazón humano es así.

Vemos ejemplos de la misma conducta en otros grades reinos como el de Egipto o el de Roma, donde faraones y emperadores se declararon a sí mismos dioses y demandaron ser adorados.

De cualquier modo, su orgullo lo llevó a desafiar a Dios.

Hizo una estatua gigante de oro insinuando que el reino babilónico perduraría para siempre.

Que Dios no iba a poder dárselo a otro.

Incluso insinuando que el reino que Dios instauraría no llegaría a ser.

Reflexionemos ahora acerca de lo que esta historia nos dice sobre el orgullo y sus consecuencias


Pensar que nuestras ideas son infalibles

La primera de las consecuencias del orgullo según la biblia es la de que:

[bctt tweet=»Cuando nos entregamos al orgullo, nos volvemos tan testarudos que no cuestionamos nuestras propias ideas por estupidas que sean. » username=»soysegundo1″]

Por el contrario, pesamos que nuestras ideas son las mejores del mundo, y no soportamos que otros nos ayuden a ver sus falencias.

Dado el conocimiento que el rey Nabucodonosor tenía acerca del Dios verdadero, su idea de crear una estatua como esa era bastante estúpida.

Él sabía muy bien que sus dioses falsos no tenían el poder de hacer lo que Dios le había demostrado, aun así, insiste en promover su religión en lugar de la religión verdadera.

Insiste en ponerse a sí mismo, su religión y su imperio en el centro del universo.


Ser consumidos por la arrogancia

La segunda de las consecuencias del orgullo que me gustaría mencionar es la de que:

[bctt tweet=»El orgullo nos lleva a un estado de superioridad ilusoria. A pensar que nadie está por encima de mí. Nos envenena de arrogancia.» username=»soysegundo1″]

En la actitud de Nabucodonosor evidentemente podemos ver arrogancia.

Su premisa era la que ni siquiera el Dios altísimo podía dar fin a su reino.

La cabeza de oro se extendería hasta los pies.

No habría otro imperio después del suyo.

No solo eso, sino que todos debían aceptar esa premisa y confirmarla mediante su adoración.


Ser déspota e implacable con los demás

La tercera de las consecuencias del orgullo que la biblia nos muestra es la de que:

[bctt tweet=»El orgullo nos lleva a deshumanizar a los demás, a privarlos de sus derechos, a menospreciar los designios de su propia conciencia.» username=»soysegundo1″]

La ceguera del rey era tal, que cualquiera que no se sometiera a sus caprichosos delirios de grandeza, debía sufrir una muerte horrenda en medio de llamas de fuego.

No había lugar a excepciones, no había lugar a explicaciones, no había lugar a conciliar.

Solo el cumplimiento estricto de sus absurdas exigencias.


Pensar que los demás tienen que rendirme pleitesía

La cuarta terrible consecuencia del orgullo que encontramos en esta historia bíblica es la de que:

[bctt tweet=»El orgullo puede llevarnos a sentirnos tan superiores a los demás, que nos creemos dignos de un trato absurdamente preferencial.» username=»soysegundo1″]

En el caso del rey Nabucodonosor, potencialmente se trataba de que, no con contento con que le rindieran honores como rey, la gente tenía que considerarlo un dios.


Creer que todo mundo tiene que hacer las cosas como yo diga

La quinta consecuencia del orgullo que la biblia nos menciona es la de que:

[bctt tweet=»El orgullo nos priva de empatía por las creencias, los deseos y preferencias ajenas. Solo existe mi realidad.» username=»soysegundo1″]

La fe es algo muy personal, nadie debería obligar a nadie a creer algo que no desea creer.

Dios, siendo el soberano del universo, nos ha dado a todos los seres humanos esa libertad.

Sin embargo, el orgullo llevó a Nabucodonosor a creerse con más derechos que Dios y a obligar a las personas a ir en contra de su conciencia para satisfacer sus caprichos.


Rebelarse contra Dios y su voluntad

La sexta de las consecuencias del orgullo que aprendemos de esta narración bíblica es la de que:

[bctt tweet=»El orgullo nos lleva a creer que nuestra voluntad y nuestros deseos son más sabios que los designios divinos.» username=»soysegundo1″]

Si no se tempera y domina, el orgullo siempre nos llevará a rebelarnos contra Dios.

Como ya hemos mencionado, Dios había sido claro con el rey de babilonia de que su imperio no sería eterno.

También le había dejado claro de que Él era el Dios verdadero por encima de sus dioses falsos.

Sin embargo, Nabucodonosor en su arrogancia, escogió negar la revelación divina, y vivir en la ilusión de que su reino no tendría fin.

También se rebeló contra Dios al obligar a otros la idolatría.


Procurar alejar a otros de Dios

La séptima de las consecuencias del orgullo según la biblia es la de que:

[bctt tweet=»Tras rebelarnos contra Dios, procuramos arrastrar a otros con nosotros en nuestra rebeldía. Otra terrible consecuencia del orgullo.» username=»soysegundo1″]

Por causa de su orgullo, Nabucodonosor escogió obligar a todos los habitantes de su imperio a practicar un terrible acto de idolatría.

Al haberse ido en contra de la voluntad de Dios, y haberse considerado más sabio que Dios, su absurda locura lo llevó a obligar a todos sin excepción a participar de ella.


Deificarse a uno mismo

La octava terrible consecuencia del orgullo y la peor de todas según la biblia es la de que:

[bctt tweet=»El orgullo puede llevarnos a confiar tanto en nosotros mismos que ingenuamente creemos poder usurpar el lugar de Dios de nuestra vida.» username=»soysegundo1″]

Nabucodonosor muy posiblemente pudo dejarse llevar por su orgullo a un grado tal, que decidió convertirse en un Dios y demandar que otros lo adoraran como tal.

Este terrible y temible consecuencia del orgullo es un punto tan alto del que solo Dios puede bajarnos, pero sin lugar a dudas, nos va a doler la caída.


Conclusión

El orgullo tiene consecuencias terribles que pueden destruir nuestra vida y nuestras relaciones con los demás.

Dios en su amor nos ha advertido de ellas para que vivamos sabiamente.

El antídoto para el orgullo es siempre darle a Dios el lugar que le corresponde como soberano en nuestra vida, y comprender que a los ojos de Dios todos somos iguales, con indiferencia de nuestra posición económica  o social.


¿Y tú? ¿Qué piensas acerca del orgullo y sus consecuencias? ¿Cuál es tu experiencia? Comparte en los comentarios.


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Bendiciones y un abrazo.

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