Cómo obedecer la voluntad de Dios según la biblia

La mayoría de cristianos anhelamos conocer la voluntad de Dios, estamos seguros de que Él sabe lo que es mejor para nosotros porque la Biblia e incluso nuestra experiencia de vida así lo ha demostrado, pero no siempre estamos dispuestos a obedecerla.

Obedecer la voluntad de Dios es un elemento fundamental de la vida cristiana.

Con frecuencia al tener tiempo para pensar y muchas decisiones que tomar, nuestra mente se abruma.

Quizá los planes que teníamos a principio de año, se han ido al piso, o han tenido que ser redireccionados.

A veces, cuando estamos allí en el valle de la indecisión, con nuestros ojos nublados y sin saber cuál camino tomar, clamamos a Dios pidiéndoles por sabiduría para hacer su voluntad.

Conozco bien esa experiencia, en uno de esos momentos y luego de varios días, sermones, conversaciones y sin saber por dónde seguir; finalmente me rendí a Dios.

Le dije: “no tengo la más mínima idea de que hacer, pero te suplico seas conmigo, guiándome y sobre todo haciendo tu voluntad en mí”.

Esta oración puede sonar cliché, pero hacerla y llegar a ella ha sido un proceso largo.

Con base en lo que la biblia enseña e inspirada por esa experiencia quisiera hablarte acerca del tema de como obedecer la voluntad de Dios.

Empecemos yendo a la biblia para estudiar una historia al respecto.

Cita bíblica sobre obedecer la voluntad de Dios

Gracias a este versículo de la biblia entendí que en cuanto a la voluntad de Dios no es solo saber que hacer, porque creo que Dios lo ha dejado claro en su palabra:

 Y esta es la voluntad del que me ha enviado:

 

Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

 

Juan 6:40

Lo más difícil sobre obedecer la voluntad de Dios,  puede ser tomar decisiones o actuar de acuerdo esta.

Historia bíblica sobre obedecer la voluntad de Dios

En el libro del profeta Jeremías hay un relato que lo ilustra bien.

Tal vez recuerdes que durante varios años el profeta estuvo llamando el pueblo a arrepentirse, y volver a Dios, y finalmente a rendirse a los Babilonios.

El profeta describe con antelación todo lo que va a suceder dando fe, de ser un mensajero de Dios.

Es por eso, que después de que la gran mayoría de la población es llevada a Babilonia, los líderes de un remanente empobrecido, temeroso y sin esperanza, deciden buscar al profeta para saber qué hacer:

y le dijeron al profeta Jeremías:


— Por favor, atiende a nuestra súplica y ruega al Señor tu Dios por todos nosotros los que quedamos. Como podrás darte cuenta, antes éramos muchos, pero ahora quedamos solo unos cuantos. 

 

Ruega para que el Señor tu Dios nos indique el camino que debemos seguir, y lo que debemos hacer.

 

Jeremías les respondió:

 

— Ya los he oído. Voy a rogar al Señor, al Dios de ustedes, tal como me lo han pedido. Les comunicaré todo lo que el Señor me diga, y no les ocultaré absolutamente nada.

 

Ellos le dijeron a Jeremías:

 

— Que el Señor tu Dios sea un testigo fiel y verdadero contra nosotros si no actuamos conforme a todo lo que él nos ordene por medio de ti.

 

Sea o no de nuestro agrado, obedeceremos la voz del Señor nuestro Dios, a quien te enviamos a consultar.

 

Así, al obedecer la voz del Señor nuestro Dios, nos irá bien.

Cuando leí esto me sentí completamente identificada.

En medio de mi indecisión y angustia, dije:

«Eso es lo que quiero, una señal clara y concisa de que debo hacer en este asunto específico y con esa seguridad avanzaré y haré lo que sea que Dios me pida.»

Pero el relato no termina allí, sigamos:

Diez días después, la palabra del Señor vino a Jeremías.

 

Y les dijo: Así dice el Señor, Dios de Israel, a quien ustedes me enviaron para interceder por ustedes:

 

Si se quedan en este país, yo los edificaré y no los derribaré, los plantaré y no los arrancaré, porque me duele haberles causado esa calamidad.

 

No teman al rey de Babilonia, al que ahora temen —afirma el Señor—; no le teman, porque yo estoy con ustedes para salvarlos y librarlos de su poder…

 

Ahora por eso, oíd la palabra de Jehová, remanente de Judá: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel:

Si vosotros volviereis vuestros rostros para entrar en Egipto, y entraréis para morar allá, sucederá que la espada que teméis, os alcanzará allí en la tierra de Egipto, y el hambre de que tenéis temor, allá en Egipto os perseguirá; y allí moriréis.

El mensaje es claro, quédense, yo estoy con ustedes, no teman.

Dios había hablado, pero veamos cono reaccionó el pueblo ante la respuesta de Jeremías, en el capítulo cuarenta y tres de Jeremías:

Cuando Jeremías terminó de comunicarle al pueblo todo lo que el Señor su Dios le había encomendado decirles,

 

Azarías hijo de Osaías, Johanán hijo de Carea, y todos los arrogantes le respondieron a Jeremías:

 

«¡Lo que dices es una mentira! El Señor nuestro Dios no te mandó a decirnos que no vayamos a vivir a Egipto…

 

y entraron en tierra de Egipto, porque no obedecieron a la voz de Jehová; y llegaron hasta Tafnes.

No sé ustedes, pero yo me identifico con estos líderes y con este remanente.

Pedirle señales a Dios para obedecer su voluntad

A veces me desgasto preguntando por la voluntad de Dios en un asunto específico (que estudiar, donde vivir, si seguir o no en una relación, etc.) y en mi corazón sinceramente digo: «si Dios me habla y me muestra que debo hacer, lo haré».

Pero luego cuando escucho esa voz o veo la señal clara, comienzo a racionalizar y argumentar en mi cabeza hasta que me convenzo de lo contrario.

Es cierto que en algunos momentos, Dios ha mostrado señales claras sobre un tema, pero el asunto en el que quiero que meditemos hoy, es que no debemos tratar a Dios como el oráculo o el horóscopo de nuestra vida.

No esperemos que Dios nos revele a través de una «señal» algo que ya Dios ha dejado claro.

Si deseo salir con alguien que no comparte mi fe y le pregunto a Dios cuál es su voluntad, muy posiblemente no pasará nada, porque Dios ya dijo en la Biblia no os juntéis en yugo desigual (2 Corintios 6:14).

Y es posible que si aún Dios hablará claramente diciéndote te aconsejo que hagas esto o aquello, nosotros reaccionaríamos muy posiblemente como los líderes de Israel ante Jeremías.

Consejo para obedecer la voluntad de Dios

Por eso desde que leí esta historia, mi oración ha sido: «No quiero tener la garantía de señales o manifestaciones sobrenaturales para decidir, sino la valentía para actuar de acuerdo a lo que ya has dicho en tu palabra.

Quiero tener paz, reposar en tus brazos amantes, porque sé que me amas y lo manifiestas cada día al salir el sol, en la brisa fresca y en la sonrisa de las personas que amo.

Quiero vivir con gozo de que estoy haciendo tu voluntad.

Ponerte en el primer lugar de mi vida y aunque ande por valle de sombra de muerte, confiar que tú estás conmigo sin importar las circunstancias. Dame la fuerza para avanzar con fe y cumplir tu propósito».

Este ha sido mi oración y deseo.

Y por eso mi consejo final seria, conoce a Dios, si entiendes que Él te ama y desea lo mejor para ti (vida eterna), podrás cada día orar y pedirle a Dios sabiduría para elegir bien.

Me gustaría saber cuál ha sido tu experiencia con respecto a escuchar y obedecer la voluntad de Dios.


¿Te ha resultado fácil actuar de acuerdo a lo que Dios te dijo o mostró? ¿Nunca realmente has sentido que se interese lo suficiente por ti para darte una respuesta concisa?

¿Estás batallando con algún problema o circunstancia difícil en tu vida, y sientes que necesitas ayuda?

Estamos aquí para ti. Te ofrecemos la posibilidad de hablar con alguien que te ayude a atravesar todas esas cosas difíciles, siempre de la mano de Dios.

consejería cristiana descuento

Utiliza el cupón DIOSPRIMERO2022 cuando vayas a hacer el pago, y obtén un 50% de descuento.

Bendiciones y un abrazo.

 

1 comentario en «Cómo obedecer la voluntad de Dios según la biblia»

Deja un comentario