Los seres humanos hoy por hoy gozamos de libertades civiles y demás posibilidades que en ningún momento en la historia.
¿Pero estamos siendo realmente libres?, si no es así, ¿cómo vivir la vida siendo realmente libre?
Irónicamente, pareciera que cuanto más libertad se nos confía, más nos hacemos esclavos de forma voluntaria.
Permíteme compartirte porque creo que esto es así.
Las personas pensamos que por ser libres, está bien consumir la cantidad de alcohol que queramos y nos convertimos en alcohólicos.
Esclavos del alcohol.
Las personas suponemos que por ser libres, está bien consumir drogas y nos convertimos en drogadictos.
Esclavos de las drogas.
Consideramos que por ser libres, está bien tener relaciones sexuales con cualquier persona tan a menudo como deseemos, y nos convertimos en ninfómanas.
Esclavas del sexo.
Suponemos que por ser libres, está bien tener relaciones sentimentales con cualquier persona tan a menudo como deseemos, y nos convertimos en dependientes emocionales.
Esclavos de otra persona, del afecto, la intimidad y la atención.
Consideramos que por ser libres, está bien usar nuestros teléfonos inteligentes y redes sociales tan a menudo como el deseo se nos presente, y nos convertimos en adictos a las redes sociales.
Esclavos de la gratificación y la atención de los demás.
Calmantes para el dolor, antidepresivos, juegos de azar, pastillas para el sueño, glotonería.
Podríamos seguir enumerando la inmensa cantidad de cosas a las que los seres humanos, creyendo ser libres, nos hemos hecho esclavos.
Muy probablemente, si revisamos nuestra vida a conciencia, nos daríamos cuenta de que hemos sido o somos esclavos de alguna de estas cosas o alguna otra diferente.
Entonces, ¿cómo se puede vivir la vida siendo realmente libre?
Para dar respuesta a esto, me gustaría usar las palabras que Jesús en alguna ocasión le expresó a un grupo de personas:
(…) «Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.»
Le respondieron:
«Nosotros (…) jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir: “Ustedes serán libres”?»
Jesús les respondió:
«De cierto, de cierto les digo, que todo aquel que comete pecado, esclavo es del pecado.
Y el esclavo no se queda en la casa para siempre; el hijo sí se queda para siempre.
Así que, si el Hijo los liberta, serán verdaderamente libres.”
San Juan 8:30-36
La razón por la que los seres humanos no somos realmente libres, sino que nos hacemos esclavos a tantas cosas, es porque, sin saberlo, ya somos esclavos de algo.
Ese algo está intrínseco en nuestra naturaleza y está allí esperando consumir nuestra vida, nuestra salud, nuestra paz, nuestra energía, nuestra alegría y todo lo realmente bueno que podamos experimentar.
Pero no solo eso, está ahí tratando constantemente de privarnos del gozo más grande que jamás podríamos experimentar.
El gozo de estar cerca de Dios.
Debido a que nuestra condición de pecado nos separa de Dios, siempre estamos buscando llenar ese vacío con algo, y es por eso que creyendo ser libres nos hacemos esclavos.
Sin saberlo, le vendemos el alma al diablo o al mejor postor con tal de encontrar alguna cosa que nos haga olvidar la tristeza y el vacío de estar lejos de Dios.
Me gustaría darte una excelente noticia.
Jesús, el hijo de Dios, vino al mundo para darnos libertad del pecado y restaurar nuestra relación con Dios.
Es posible ser realmente libres.
Si recibes la libertad que Dios te ofrece; la libertad del pecado, por su sacrificio en la cruz, entonces experimentarás el privilegio de la proximidad e intimidad con Dios.
La luz excelsa y maravillosa de la presencia de Dios en tu vida.
Esa luz disipará las tinieblas de la noche en que antes estabas sumido, romperá las cadenas que te tenían atrapado y al fin, después de toda una vida en cautiverio y esclavitud, conocerás la verdad.
Y en esa verdad podrás ver con claridad la realidad, tomar decisiones y acciones que te mantengan libre.
Libre y cerca de Jesús.
Siguiendo sus consejos de amor con el fin de que vivamos una vida plena en Él.
Y no solo una vida plena, sino una eternidad de gozo inexplicable en su presencia.
Veamos un video acerca de Cómo ser un Joven Cristiano en esta época.
¿De cuáles cadenas te ha librado Jesús? ¿De cuáles quisieras que te librara? Cuéntanoslo en los comentarios.
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Estamos aquí para ti. Te ofrecemos la posibilidad de hablar con alguien que te ayude a atravesar todas esas cosas difíciles, siempre de la mano de Dios.
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Bendiciones y un abrazo.
