El tema de los prejuicios según la biblia es uno de mucha utilidad y bendición.
Muchos de quienes ahora son grandes amigos me han dicho que cuando me conocieron les caí mal.
Dicen que con el tiempo, al conocerme, se dieron cuenta de que yo no era como ellos pensaban en un principio.
Es que es común dejarse por prejuicios o por las apariencias al evaluar a una persona; sin embargo, no significa que eso sea bueno, sano o correcto.
En la mayoría de los casos, podemos tratar de forma injusta a personas que no lo merecen, al negarles nuestro amor y simpatía.
También podemos tratar de manera privilegiada a otros, solo porque su apariencia o primera impresión nos cae en gracia, en lugar de tratarlo como trataríamos a los demás, solo para después resultar decepcionados.
Quisiera compartir contigo un estudio bíblico o reflexión de un tema que estaba estudiando estos días.
Pienso que esta historia toca el tema de los prejuicios según la biblia.
Se trata de la historia de del profeta Samuel cuando Dios lo envió a ungir a un nuevo rey. Dios lo envió porque Saúl no había obedecido la voz de Dios.
Dios mandó a Samuel a la familia de un hombre llamado Isaí que vivía en Belén.
Dios le había instruido al profeta que uno de los hijos de este hombre sería el próximo rey de Israel. Al verlo, Dios le indicaría a Samuel que ese era a quien debía ungir.
Ahora, cuando samuel llega a la casa, pide ver a los hijos de Isaí, y ve al hijo mayor.
Esta fue su reacción:
Cuando llegaron, Samuel se fijó en Eliab y pensó:
«Sin duda que este es el ungido del Señor».
Pero el Señor le dijo a Samuel:
—No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado.
La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.
1 Samuel 16: 6- 7
Incluso Samuel, profeta entrado en años, fue susceptible a las apariencias.
Es comprensible que tú y yo también podamos luchar con ese problema, pero podemos mejorarlo.
La solución se la da el señor al profeta cuando le dice «yo me fijo en el corazón.»
Querido lector, para no dejarse llevar por las apariencias, necesitamos empezar a ver con la mirada de Jesús.
Hace un tiempo escuché una canción que se llama «cómo es la mirada de Jesús» de un cantante llamado Santiago Benavides, aprovecho para compartir contigo parte de la letra.
¿Cómo es la mirada de Jesús?
Para el loco de la calle con su frasco de pegante
imagínate como lo mira Jesús
¿Cómo es la mirada de Jesús?
Para el niño que era tierno y le dio por ser punketo
imagínate como lo mira Jesús
Si Él mira con el amor con que un padre mira a un hijo
y mira viendo la historia que hay detrás,
si Él mira con el perdón que costó su sacrificio
imagínate… imagínate, imagínate como mira Jesús
Y también para ti mismo en aquellos días fríos,
para aquel que es tu enemigo y así tengas mil motivos,
para aquel hombre malvado que fue un niño maltratado
imagínate como mira Jesús
Para no dejarse llevar por las apariencias, necesitamos empezar a ver a las personas como Dios las ve, como las veía Jesús mientras estuvo en la tierra.
Como almas invaluables por las que Jesús derramó su preciosa sangre, con compasión, con misericordia, con paciencia.
Tratando de ver más allá, intentando conocer su pasado, porque antes de un «qué» siempre hay un «por qué».
Cuando veamos errores en los demás, recordemos que Jesús miró las almas y las vio con compasión «como ovejas que necesitan pastor».
Veamos como Dios mira, viendo el potencial de las personas, lo bueno que hay en ellas, lo maravilloso que pueden llegar a ser.
En lugar de concentrarnos en lo que nos parece que pueden ser hoy.
Nuestros prejuicios hablan más de nosotros mismos y de nuestro carácter que cualquier cosa negativa que imaginamos de los demás.
Espero que estas palabras hayan sido de bendición para tu vida.
¿Y tú qué piensas acerca de los prejuicios según la biblia? Compártelo en los comentarios.
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Bendiciones y un abrazo.
