Las presentes líneas son un testimonio cristiano sobre la pornografía y sus peligros.
En él se evidencia la ardua lucha interna de uno de nuestros lectores, quien desde hace varios meses está intentando abandonar su adicción a la pornografía.
Durante diez años estuvo sumido en el mundo de la pornografía y de la inmoralidad sexual.
Sus malas decisiones le llevaron al borde de destruir su vida por completo.
En la actualidad, manifiesta estar en una lucha porque su corazón encuentre un arrepentimiento verdadero que le permita volverse de su pecado y abandonarlo completamente.
Bendito sea Dios que lo alcanzó y que con paciencia y amor está trabajando en su vida.
Está trabajando en su corazón para mostrarle el camino hacia Él y hacia la sanidad plena.
Nunca me intereso hacer la voluntad de Dios, pensaba que no hacía nada malo y que no le hacía daño a nadie.
Mi ignorancia me llevo en un descenso del cual es muy difícil salir y mis malas decisiones me han pasado factura hasta ahora.
“Los designios de la carne es enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden.”
Romanos 8:7
Toda mi vida estuvo basada en conflictos emocionales, que me llevaron a hacer y desear lo que no me convenía, lo cual me afecta hasta ahora.
“Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.”
Mateo 15:19
En mi búsqueda de encontrar mi voluntad y deleite en la voluntad de Dios he encontrado dolor.
¿Por qué?
Porque mi corazón es malo por naturaleza.
Se resiste a lo santo y a lo bueno.
El vivir en desacuerdo con la voluntad de Dios te lleva a adquirir conocimiento y realizar prácticas que le causan placer a la carne e inunda la mente de cosas malas y acostumbra al corazón a esas prácticas y manera de pensar.
No es bonito saber tu corazón está en contra de Dios, y verte en la imposibilidad de hacer o cambiar algo.
La solución: el arrepentimiento.
Pero algunos dirán: arrepentirse es fácil, le confieso y pido a Dios disculpas cuando peque y ya.
¡Qué tan lejos están del perdón de Dios!
Tener arrepentimiento no es fácil, sobre todo cuando el corazón está tan endurecido por el habitual deleite en el pecado que, en mi experiencia personal, intentar forzarte a arrepentirte te puede llevar a la desesperación y empeorar tus malos pensamientos.
Busco Paz, Paz y aún no encuentro Paz.
¡Dios!, ¡Dios!, ¡porque me permites seguir así!
Permíteme estar en Paz contigo.
Vuelve mi corazón hacia ti y no me prohíbas tu Santo Espíritu.
Tócame y seré transformado.
¿Te resultó de bendición este testimonio cristiano sobre la pornografía? Comparte con todos nosotros para crecer juntos.
¿Estás batallando con algún problema o circunstancia difícil en tu vida, y sientes que necesitas ayuda?
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Bendiciones y un abrazo.
